El investigador Iñaki Comas, del Instituto de Biomedicina de Valencia, intenta aplicar las nuevas tecnologías de secuenciación masiva a los casos de tuberculosis, investigando la biología básica de la bacteria, pero también aplicando los avances a la epidemiología y a la resistencia de la bacteria.

El experto destacó durante un foro que se ha celebrado en Elche que «las nuevas tecnologías nos permiten conocer mutaciones que antes no veíamos e identificar resistencias. También nos aportan avances relacionados con la transmisión que son muy útiles para el trabajo que realizan los departamentos de Salud Pública».

No obstante, los expertos advierten que hay muy pocos grupos de investigadores que estén trabajando a tan alto nivel, cuando se está comprobando la gran utilidad de las nuevas tecnologías en la lucha contra la tuberculosis.

Iñaki Comas confió en que en cinco años su laboratorio pueda dar con métodos más rápidos para el diagnóstico de casos de tuberculosis resistente.

El investigador explicó que «estamos hablando de que, gracias a las nuevas tecnologías, podemos reducir el diagnóstico de la resistencia pasando de meses a una semana, que para la tuberculosis es fundamental, ya que permitiría empezar mucho antes con el tratamiento adecuado al caso concreto. Esperamos que sea una realidad en cinco años».

Aún así, los sanitarios advierten de que el avance contra la enfermedad de la tuberculosis está siendo muy lento. La incidencia global de la tuberculosis se está reduciendo actualmente a un ritmo de un 2% al año, que es prácticamente nada. «Esto nos lleva a concluir que a este ritmo en 200 años no la habremos erradicado», dijo Iñaki Comas, que aseguró que «necesitamos nuevas herramientas, como nuevas tecnologías, vacunas y antibióticos que nos permitan acelerar la identificación de casos de tuberculosis para adelantar el tratamiento. O lo aceleramos con más inversión o la enfermedad va a estar con nosotros mucho tiempo».