Cualquier concejal o personal al servicio del Ayuntamiento de Elche tendrá que calcular qué cuesta un regalo antes de abrir la mano. Pero si el afortunado está ante un obsequio de más de 50 euros tendrá que poner el freno y rechazar la oferta. Éste es nuevo el compromiso al que ha llegado la Corporación municipal, de acuerdo al nuevo reglamento de registro de regalos de cortesía o protocolarios. A partir de ahora, los presentes que tengan como destinatario el Consistorio ilicitano tendrán que ajustarse a éste valor si su emisor no quiere quedarse con las manos llenas y con la sensación de haber comprado el regalo en balde.

Otra cosa serán los obsequios perecederos, como es el caso de la comida o de cualquier producto alimenticio. En este supuesto, los concejales podrán donarlos a cualquier asociación o colectivo local, con el objetivo de dar utilidad a esa dádiva. Siguiendo los ejemplos de ciudades como Madrid, Segovia, Salamanca y Alcoy, Elche ha dado luz verde a una nueva normativa, con la que los concejales también tendrán que rendir cuentas de lo que reciben, de los viajes que realizan, y, cómo no, de su coste, en el Portal de Transparencia.

Por el momento, en esa lista de regalos aparecen ya registrados obsequios como botellas de aceite, utensilios de cocina, una batería portátil, libros, una colección de grabados, cajas de granadas, una cesta de navidad, un ramo de flores, uvas... Entre esos regalitos, la mayoría para el alcalde, Carlos González , entre ellos, unas estampas xilogáficas de 90 euros y un ejemplar de «El Quijote» de 67 euros. Lo de renunciar a todos los regalos, sea cual sea su coste, de momento, parece que no se lo plantean.