La producción de dátil no es un negocio del pasado ni un empeño nostálgico, sino una apuesta de futuro que ayer celebró uno de sus días clave. Con un homenaje a pie de huerto entre palmeras, los productores de dátil dieron el pistoletazo de salida a la temporada de recogida de dátiles, que se extenderá hasta febrero aproximadamente, según el presidente de Datelx, Pascual Urbán, quien también adelantó que está previsto recoger entre 3.000 y 4.000 kilos de este producto tan ilicitano. Ese es el volumen que esperan obtener conjuntamente la decena de asociados que forman parte de Datelx y que, según sostiene, suponen aproximadamente el 75% del sector en Elche.

La campaña llega con previsión de alargarse en el tiempo gracias a que se ha podido comprobar que empleando cámaras de frío para guardar los ramazos completos se puede posponer la maduración del fruto y que gracias al azúcar que contiene puede estar en perfectas condiciones para el consumo algún tiempo después. Y eso, sin necesidad de deshidratar los dátiles, el sistema al que recurren países como Argelia o Marruecos. Así es precisamente como se distinguen en el punto de venta los dátiles ilicitanos de los foráneos, según el presidente de Datelx, porque «los de aquí son frescos, no hay más que verlos».

La producción este año será algo menor a la de años anteriores pero de mayor calidad, según las previsiones de Datelx, por la falta de lluvias. Sin embargo, el cultivo de palmeras tiene la virtud de soportar condiciones meteorológicas poco favorables y, aunque precisa riego, no acusa en exceso la falta de agua. Estas apreciaciones se expusieron ayer en torno a una mesa en la que cocineros y colaboradores locales ofrecieron algunas de sus recetas con dátil: Hojaldre de queso y bacon, «pipes i carasses» o «coca de molletes» con dátil fueron propuestas de la Cafetería Patiño, el Restaurante Martino o la Panadería Paco de La Baia. Con esta iniciativa, Datelx pretende integrar el dátil en la gastronomía para darle más salida en el mercado, si bien la mayor parte de la producción se queda en zonas cercanas: Cartagena, Valencia o Murcia son algunos de los destinos, según Urbán. Antonia Miralles, también de Datelx, concretó que las palmeras de las que se obtienen actualmente los dátiles en Elche son «in vitro», mientras que el representante de La Unió, Santiago Pascual, defendió la artesanía y el saber hacer de generaciones en Elche como un valor añadido del producto que el consumidor tiene que aprender a valorar y también a escoger.

Pero antes de poder cocinar o vender un dátil hay que cogerlo, y ese arte forma parte del ADN del pueblo ilicitano. La demostración de ayer corrió a cargo de dos mujeres, que se convirtieron así en las palmereras del año: Yamila Bouceta, la primera fémina galardonada en un concurso de trepa rápida, durante las pasadas fiestas en Elche, y la propia concejal de Turismo, Mireia Mollà, que se atrevió a colocarse la soga en torno a la cintura para encaramarse a una palmera y cortar uno de sus ramazos. Desde el suelo, primero el alcalde, Carlos González, y después el edil de Medio Ambiente, Antonio García, recogieron el testigo del corte.

El primer edil valoró que «el dátil es un producto de futuro y forma parte de este fenómeno tan importante que estamos viviendo, que es el resurgir del Camp d'Elx» y añadió que «la actividad agrícola en nuestro municipio tiene futuro como consecuencia de la visión, del talento y del trabajo de quienes estáis en el Camp d'Elx porque ofrecéis productos de calidad». Antonio García, por su parte, señaló que «para nosotros el dátil es la siguiente gran frontera en el Camp d'Elx, el producto que tenemos que empezar a promocionar; nuestro compromiso es trabajar por ponerlo en valor, trabajar las nuevas tecnologías vinculadas a las palmeras in vitro y esperemos que pronto tengamos avances». Conseguir que la producción sea viable y rentable está entre los objetivos. El presidente de Datelx concretó que el producto se vende en origen a un precio de entre cinco y diez euros el kilo.