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Un remedio para salir de la soledad

El programa «Acompaña-Té» de la UMH busca que los ancianos se socialicen en su entorno más cercano

Un remedio para salir de la soledad

Conscientes de que al llegar a la tercera edad muchas personas comienzan a aislarse e incluso hay casos en los que, sin que exista una causa, apenas salen de casa, la Universidad Miguel Hernández (UMH) ha puesto en marcha el programa «Acompaña-té», mediante el cual voluntarios intentan que estas personas salgan de su aislamiento y comiencen a relacionarse de nuevo.

No se trata de un programa asistencial de acompañamiento al uso en el únicamente se hace compañía en casa, sino que la labor del voluntario está más encaminada a conocer a cada uno de los participantes en profundidad, lo que incluye sus aficiones, de tal manera que se le pueda orientar sobre los recursos que puede encontrar en su entorno más cercano.

La coordinadora de la iniciativa, Raquel Lorente, explica que el programa con cada participante tiene un principio y un final, que se produce al cabo de unas nueve sesiones que se dan a lo largo de dos meses, aproximadamente.

La psicóloga explica que el objetivo último de la iniciativa es «disminuir los sentimientos de soledad de personas mayores que viven solas y fomentar su participación social y su salud. También se da un apoyo informativo, en el sentido de que se le acercan los recursos municipales de los que puede hacer uso y, para ello, es el voluntario el que hace de puente con la persona que vive sola».

Las sesiones con el voluntario comienzan en la casa del participante pero, al cabo de varias, pasan a salir a la calle, ya que se trata de que se sienta bien en su entorno y de informarle de las posibilidades de sociabilizar que tiene en este.

Para llevar a cabo esta iniciativa, la UMH se encarga de impartir, previamente, a los voluntarios que participan en el programa un curso específico de voluntariado tras el cual obtienen la acreditación que les permite formar parte del programa.

Hasta la fecha se han formado para tal menester 24 voluntarios, de los que 22 son mujeres. Predominan también los jóvenes que cursan sus estudios de grado, aunque también hay cuatro personas mayores de 55 años que han tomado parte en la iniciativa. En cuanto a los estudios de los que provienen, destaca la gran variedad y se incluyen desde estudiantes de Psicología como de Biotecnología, Derecho, Periodismo y Terapia Ocupacional.

Por el momento, en esta primera edición faltan ocho voluntarios por realizar la fase práctica y ya se piensa en la siguiente.

Los voluntarios tratan de dotar a los participantes en el programa de la autonomía suficiente como para que rompan el círculo de soledad y salgan a la calle y se relacionen normalmente, ya que como recuerda la coordinadora del programa, «no se trata de dependientes, sino personas que, sin tener ningún problema, se van aislando poco a poco».

Precisamente, este aislamiento en el que vive el colectivo al que va dirigido este programa de la UMH también ha constituido uno de los grandes obstáculos a salvar a la hora de llevarlo a cabo. «Hemos comprobado que es muy difícil llegar hasta ellos», explica Lorente. Así, en la primera edición,por desconocimiento y desconfianza, casi la totalidad de los potenciales participantes de este programa declinaron su participación.

De hecho, la concejalía de Bienestar Social, que colabora con la iniciativa tras la firma de un convenio con la institución, intentó facilitar el acceso a este programa al núcleo de población al que se dirige para que los interesados pudieran participar en él.

Sin embargo, no se obtuvo un buen resultado, ya que de 380 personas de este perfil con las que se contactó, únicamente cinco accedieron a participar, y 60 ni siquiera contestaron nunca al teléfono.

«Es difícil localizar a la gente que está sola, y además el reto es llegar a gente que lo necesita, lo que incluye a aquellos que, a pesar de estarlo, no lo reconocen», explicó la coordinadora del programa.

Pese a ello, la UMH consiguió que aumentaran los participantes a través del boca a boca, ya que, como recuerda Lorente, cuesta llegar a este colectivo, pero las encuestas de satisfacción realizadas indican que los que lo han hecho, están muy satisfechos de haber participado.

La edil de Bienestar Social, María Teresa Maciá, destacó la labora que realizan este tipo de programas de acompañamiento intergeneracional en el que, además, se acercan los servicios que tiene el Ayuntamiento a personas que pueden necesitarlo. Además contribuye a acercar la Universidad a la ciudad de Elche. La intención es intentar seguir avanzado en este tipo de programa».

Las personas mayores de 65 años que vivan solas y estén interesadas en participar en esta iniciativa pueden contactar con el departamento de Sabiex de la Universidad Miguel Hernández, responsable del proyecto, en el teléfono 96 522 25 47.

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