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La multa a Urbaser vuelve a traer cola

Elche busca zanjar un conflicto que ha tensado las cuerdas con la adjudicataria todo el año

Los contenedores de una buena parte de la ciudad y de las pedanías ilicitanas aparecieron repletos de basura el pasado 26 de diciembre, tras el día de Navidad. SERGIO FERRÁNDEZ

El Ayuntamiento no piensa, por el momento, aflojar el pulso contra Urbaser y así lo ha demostrado con su nuevo paso adelante. La empresa encargada de la recogida de residuos sólidos y de la limpieza viaria en Elche tendrá que ir a los tribunales si quiere evitar la multa interpuesta por el tripartito por la basura que se quedó sin retirar de los contenedores el 26 de diciembre, en Navidades.

Ése ha sido el mensaje que ayer trasladó el Ejecutivo local, tras desestimar en la junta de gobierno las alegaciones de Urbaser contra la sanción de 10.800 euros acordada. Una cantidad que, de hecho, llegó a cuestionarse en su día, por «saber a poco», al compararla con los ingresos anuales que recibe la adjudicataria de las arcas municipales por el aseo urbano, un total de 25,4 millones.

Así, con este movimiento en firme, el Consistorio busca zanjar un problema que sigue trayendo cola diez meses después de aquel 26 de diciembre, en el que una parte de Elche, tanto en barrios, como en pedanías, amaneciera con la basura a medio recoger, tras dos jornadas festivas. Cabe recordar que en Elche la contrata del servicio de retirada de residuos contempla que el mismo se presta durante la noche del 25 de diciembre.

De esta manera, ahora será la empresa concesionaria la que tenga que mover ficha y decidir si acatar la penalización, o bien, seguir saltando obstáculos para librarse de la sanción. Este diario trató ayer de contactar con los responsables de la adjudicataria, desde donde, por el momento, decidieron no hacer valoraciones.

Sea como sea, el Ayuntamiento no quiere perdonar las interrupciones de los servicios de recogida y el fallo en la planificación, previsión y ejecución del servicio que considera que tuvo Urbaser en las pasadas Navidades. Y es que ese conflicto, que causó un profundo malestar en el seno del Ejecutivo local, en la oposición, así como entre los vecinos de Elche, ha traído consigo consecuencias.

De primeras, el Ejecutivo local no ocultó su enfado y llegó a poner en duda, aunque fuera de puertas hacia afuera, que la actual adjudicataria fuera la que se mereciera la ciudad, por lo que no dudó en abrir expediente sancionador. Una empresa que vio ampliar su contrato con el Ayuntamiento en el 2012, durante el mandato del PP, cuya finalización estaba fijada para diciembre de este año, pero se amplió hasta 2019.

A esto hay que sumar que, tras la penalización económica, el Ejecutivo local decidió redoblar la presión sobre la empresa e impulsar reuniones semanales para reforzar el control. De hecho, se anunció que habría encuentros con la empresa y con el gerente prácticamente de forma mensual.

Aunque en junio se notó un refuerzo sobre la limpieza viaria, la acumulación de restos de poda, los excrementos de las mascotas y los orines en parques y zonas de esparcimiento de la ciudad continúan siendo una asignatura pendiente, todavía sin resolver.

En mitad de este revuelo, este mismo año, Elche ha tenido que lidiar con otro trance en el que la empresa encargada de la recogida de basura también se ha visto salpicada. En el mes de abril, el Ayuntamiento dio luz verde al pago de 400.000 euros extra a Urbaser por tres facturas correspondientes a 2014 y 2015, por contrataciones extraordinarias de operarios que no contaron con expediente de Contratación ni se sometieron a la fiscalización previa de la Intervención municipal, con la polémica que ello generó. Se aprobó el pago, desde el Gobierno local criticaron que aquella contratación se hizo «a dedo», en la etapa del PP, porque no se sometió a ningún control, al coincidir con el periodo previo a las elecciones municipales, lo que llevó a pensar al tripartito que las contrataciones no se dirigieron a potenciar la limpieza en general, sino a mejorar el servicio en unas fechas muy sensibles desde el punto de vista electoral. Frente a ello, desde el PP negaron estar al tanto de cualquier presunta irregularidad y defendieron que los servicios técnicos responsables del departamento de limpieza vieron oportunas y legales las contrataciones y aconsejaron realizarlas. No obstante, y guerras políticas al margen, lo cierto es que este pago extra no gustó, en absoluto, a muchos sectores.

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