El caos que sufren dos de las pedanías más pobladas del término municipal de Elche, como Arenales y Matola, ante la ausencia de sucursales bancarias, ha llevado al Ayuntamiento a mover ficha. Aunque la decisión de retomar las oficinas cerradas durante la crisis compete a las propias entidades, el Ejecutivo local ha decidido echar mano del programa de recuperación de servicios financieros actualmente en fase de desarrollo, e impulsado por el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF). De esta manera, el equipo de gobierno ha acordado firmar una moción conjunta para reclamar que estas dos partidas rurales puedan volver a contar con sucursales, aunque desde el Consistorio destacaron que las fechas y las intenciones del proyecto del IVF todavía no están definidas. Eso sí, el objetivo del tripartito es que se pueda atender, en una primera instancia, a Arenales y Matola y, progresivamente, se pueda dar acceso a la banca al resto de núcleos rurales.

Y es que los residentes y comerciantes de estas dos partidas del término municipal ilicitano han dejado atrás otro verano marcado por falta de un servicio necesario para el día a día. En Arenales, donde llevan ya recogidas más de 3.000 firmas para reclamar la apertura de oficinas bancarias, tanto la asociación de vecinos como el pedáneo se han movilizado para pedir, como mínimo, un cajero automático, con el que poder hacer transferencias, ingresos o extraer dinero. Sin embargo, por el momento, las contestaciones recibidas han sido negativas, al considerarlo inviable. Todo ello, pese a que la pedanía de la costa ilicitana cuenta ya con 2.000 habitantes censados, pero se calcula que viven alrededor de 5.000 personas.

Mientras, en Matola, una pedanía en crecimiento, también han recogido unas 200 firmas, tras perder la única sucursal bancaria que tenían, el pasado invierno. En esta zona rural, la asociación vecinal lamenta que los principales perjudicados son los mayores, que tienen su residencia en Matola y que no tienen opción de trasladarse hasta Elche para ir al banco.