Los productores de granada mollar de Elche quieren aprovechar al máximo el tirón de la Denominación de Origen, sello de calidad con el que empiezan a comercializar su producto este año. Por eso, están centrados en cuidar su variedad al máximo y que no se vea perjudicada por uno de los principales problemas que padece, en los últimos años, el campo en general: la sequía. De hecho, el presidente del Consejo Regulador de la DO de la Granada Mollar de Elche, Francisco Oliva, manifestó ayer que varios productores asociados están comenzando a usar agua desalada, un recurso que hasta ahora, que él sepa, no se había utilizado para la granada mollar de Elche. Entre otras cosas, según uno de los miembros del Consejo Regulador, porque no se sabía cómo podía funcionar este tipo de agua en los granados y, sobre todo, porque tiene un precio elevado para muchos cultivadores. Oliva precisó que en poblaciones de la Vega Baja, como San Isidro o Albatera, hay agricultores que para la producción de este año han tirado de desalada, puesto que otros recursos más generalizados como los del trasvase del Tajo-Segura, aunque todavía no están agotados, se han distribuido con menos alegría que en otras temporadas.

En el marco del acto del tradicional corte de la Granada Mollar de Elche, que supone el pistoletazo de salida de la recogida, el presidente del Consejo celebró el hecho de que este año es el primero que distribuirán su producto con la DO. De las 50.000 toneladas de Granada Mollar de Elche que se prevén recoger, entre 15.000 y 20.0000 pasarán los filtros necesarios para llevar esta etiqueta regulada por la UE, tal y como se indicó ayer. El calibre, según Francisco Oliva, es algo más pequeño que el de otras cosechas, «aunque conserva la calidad de siempre, ya que los productores han minimizado el impacto de la sequía incrementando el riego». No obstante, este factor podría repercutir en el precio de venta.

Oliva indicó que, por ahora, hay recursos para regar «y esperemos que tengan hasta el final de la campaña». Por eso, la preocupación pasa por cómo enfrentarse al año que viene, si el agua sigue sin caer del cielo. Y, por tanto, la necesidad de estos agricultores por buscar otras vías como las desaladoras. «Lo de conseguir bajar los precios de este recurso ante el Ministerio considero que es muy complicado», reseñó el presidente de un Consejo provisional que a final de año celebra elecciones.

Este organismo, actualmente, dispone de 616 agricultores y distribuidores asociados, y más de 1.400 hectáreas donde se planta esta variedad de granada, repartidas entre el Baix Vinalopó, Vega Baja y l'Alacantí. Francisco Oliva reseñó que el objetivo, durante el próximo lustro, es que el número de hectáreas aumente a casi el doble, alcanzando cerca de las 2.500. Algo que, por lógica, debería incrementar las producciones de la granada mollar con la DO.

El acto del corte de la granada, que apadrinó el chef Mario Sandoval y se celebró en la finca de Francisco Borja, presidente del Consejo Social de la Universidad Miguel Hernández (UMH); contó con la presencia del alcalde de Elche, Carlos González; el secretario autonómico de Agricultura, Francisco Rodríguez, así como varios miembros de la Corporación y representantes de la gastronomía, como la chef ilicitana Susi Díaz y el pastelero eldense Paco Torreblanca

El primer edil destacó el papel de la granada mollar como «uno de los principales productos del Camp d'Elx, que se está convirtiendo en un auténtico motor económico de la ciudad, ya que, conforme se desarrollan estos cultivos, se generan puestos de trabajo». El secretario autonómico hizo hincapié en las ventajas de que esta variedad de granada cuente con la DO, «ya que asegura que la Unión Europea no permita que nadie que no tenga el sello pueda producirla».