El sector de la construcción está avanzando hasta el punto de que hoy en día ya es posible hacer una casa casi en base al ADN de cada persona. Una prueba de ello se ha podido ver estos días en Firamaco, que cerró ayer sus puertas en la Institución Ferial Alicantina (IFA), donde el arquitecto Antonio Maciá, que preside el Colegio de Arquitectos de Alicante, presentó un prototipo de vivienda basada en la identidad de su propietario. El estudio cuenta con un avanzado programa de diseño que en quince minutos presenta un modelo de vivienda basado en una combinación numérica que se obtiene tras entrevistar al cliente, al que se le realizan varias preguntas de índole personal para tratar de obtener algo parecido a su ADN.

Los arquitectos lanzan preguntas sobre la fecha de nacimiento, el número de hijos o los gustos de cada persona. Las respuestas se traducen en números con los que se forma una combinación que los expertos presentan como lo más parecido al ADN del cliente.

Una vez que se ha obtenido, la combinación numérica se introduce en el programa de diseño creado para ello. En tan sólo quince minutos presenta una reproducción de la vivienda personalizada en tres dimensiones.

Antonio Maciá asegura que «cada dato que aporta la persona cambia la geometría de la vivienda. El diseño puede estar listo en muy poco tiempo desde que el cliente la solicita».

«Con el primer prototipo el siguiente paso es escoger los materiales, por lo que se trata de construcciones únicas, en base a los gustos y el ADN de cada persona, por lo que nunca va a haber dos casas iguales», añadió Maciá.

Este proyecto de arquitectura nace con el objetivo de ser lo más respetuoso posible con el medio ambiente. Antonio Maciá explicó que «son casa pasivas, con un mínimo consumo de energía».

El estudio de arquitectura ha empezado a comercializar este tipo de viviendas una vez que se ha puesto en marcha la tramitación para obtener la patente del sistema de diseño.

La primera promoción de estas viviendas se va a construir en la localidad de Polop de la Marina, donde un promotor ha dispuesto nueve parcelas para levantar otras tantas casas personalizadas.

El coste económico de este tipo de vivienda es ligeramente superior al de una casa de obra, unos 120.000 euros. El precio medio del metro cuadrado de este nuevo estilo de vivienda es de 1.200 euros, unos 300 euros más del precio de obra convencional, que está en 900 euros de media.

Antonio Maciá aseguró que «estamos ante viviendas 100% ecológicas que presentan un diseño que está basado en las personas que van a vivir en ellas. Por eso, utilizamos los códigos genéticos de cada persona».