Los agricultores del Consejo Regulador de la Denominación de Origen de la Granada Mollar de Elche prevén que la cosecha de este año, que está a punto de ser recogida, presuma de frutos de buen calibre, muy en la línea de lo que se recogió el año pasado, que, según el presidente provisional de este organismo, Francisco Oliva, «fue aceptable para la sequía que venimos padeciendo».

Esta temporada también ha sido seca y los agricultores, según Oliva, han tenido que paliar la falta de lluvias con más agua de riego para que el tamaño de la fruta no se viera tan afectado y se consiguiera un producto de calidad. Más aún en este año, que es el primero en el que se comercializará esta variante con el sello de Denominación de Origen, concedido de manera definitiva por la Comisión Europea. En lo que se refiere al volumen, el Consejo no cree que se vayan a registrar alteraciones. Se espera que, en los próximos días, se recojan alrededor de 50.000 toneladas, un cantidad muy parecida a la de las últimas temporadas. El número de granadas por hectárea, con respecto a años pasados en las que se registraron más lluvias, no será demasiado alto, pero la cifra se equilibra con el aumento de nuevas parcelas que se han sumado al cultivo de este tipo de granada. En el mes de mayo, que es la época del cuaje, hubo problemas de humedad y brisas de Levante, lo que no beneficia a la producción. No obstante, se compensó con lo que han generado otros árboles más jóvenes, apuntaron fuentes del Camp d'Elx.

Mientras, el presidente de Asaja Elche, Pedro Valero, reseña que, «aunque estamos a punto de comenzar la recogida, no vendría mal unas cuantas lluvias de última hora, de las que no hacen daño, para limpiar los árboles». Santiago Pascual, secretario local en Elche de la Unió de Llauradors, hace hincapié en el gran papel de los agricultores «para mantener la excelencia de la granada mollar. Sus sistemas de trabajo son dignos de tenerlos en consideración».

Asimismo, el Consejo Regulador quiere aprovechar estos resultados y la distinción de DO para mejorar sus canales de promoción y abrirse a nuevos mercados emergentes, como algunos países del sudeste asiático o de la zona del Golfo Pérsico. «Hay que tener en cuenta que el 60% de nuestra producción va a parar al extranjero. Sobre todo a otros países europeos, aunque se lleva tiempo tratando de establecer lazos con naciones emergentes en Oriente», apunta a este diario el presidente provisional del Consejo Regulador, Francisco Oliva, además de reseñar que «es importante ver cómo este producto cada vez va cogiendo más peso en nuestro país, teniendo en cuenta que, en el pasado, lo que se vendía en España no superaba el 20% de lo recogido, y ahora llega al 40%».

Francisco Oliva considera que ese nuevo sello les va a abrir muchas puertas en mercados internacionales. «Sobre todo porque es un garante de que el producto ha pasado una serie de controles de calidad muy específicos, que nos marcan incluso desde Bruselas. Será, sin duda, un factor diferenciador con respecto a otras variedades cuando lleguemos a las tiendas», desarrolla el presidente, que también precisa que todo lo que se produce cada año se suele vender.

«Es decir, no hay tanto interés en comercializar más como en aumentar nuestra imagen de calidad», subraya este representante de agricultores y distribuidores del Baix Vinalopó, la Vega Baja y l'Alacantí, que son las tres comarcas de las que provienen los asociados de dicho Consejo Regulador de la Granada Mollar.