En la delegación ilicitana de Cruz Roja son plenamente conscientes de que un alto porcentaje de las cerca 2.600 personas que se acogen a su programa de teleasistencia son del barrio de Carrús y que, muchas de ellas, tienen la problemática de poder bajar a la calle por carecer de ascensor o escaleras adaptadas. «Disponemos de un programa de voluntariado de acompañamiento que se puede solicitar para que una persona acuda a la casa de gente con problemas de aislamiento social y le haga los recados o les ayude con las tareas del hogar», reseñan desde la institución.
Algunos de los desplazamientos que precisan las personas de Carrús con estas situaciones tan graves tratan de cubrirlos en la empresa de ambulancias DYA, ya que según su coordinador en Elche, Antonio Tarí, «la Generalitat solo lleva a cabo los que tienen como destino un servicio médico pero estas personas también necesitan salir a algo tan trivial como ir al dentista. Bajar a gente, en silla de ruedas, varios pisos por la escalera,requiere de un trabajo profesionalizado, ya que si no se pueden generar accidentes».
La concejal de Bienestar Social, Teresa Maciá, asegura que su concejalía cuenta con su Servicio de Asistencia a Domicilio (SAD), con el que también se trata de prestar apoyo a personas con este tipo de problemas tanto a nivel doméstico, como social (pasar un rato con ellos) o incluso de higiene. El servicio, según la ordenanza, puede ir desde 14 horas semanales a una hora. Maciá explica que la situación de toda esta gente tendrán que estudiarla con detenimiento junto a otras concejalías. «El Consell está actuando en viviendas antiguas. Si vemos que la situación se acrecenta y hay mucha demanda social, reivindicaremos más ayuda a Valencia», explica.
El presidente de la asociación de vecinos 1 de Mayo, Salvador Mateo, manifiesta que llevan tiempo tratando de crear un servicio de entre 20 y 25 voluntarios, pero están peleando por una subvención municipal que no supere los 1.000 euros para, por lo menos, pagarles los desplazamientos.
