El Cementerio Nuevo de Elche lleva meses siendo objeto de críticas por parte de familias que acuden habitualmente a este enclave con la intención de acompañar por unos minutos a sus seres queridos, renovar las tradicionales flores y asear un poco la lápida de sus difuntos.

Los más asiduos aseguran que desde hace tiempo se nota una dejadez no solo en el aseo de las calles, sino también en el cuidado de las zonas verdes. Es más, se ha convertido en casi normal la existencia de broza más allá de las zonas reservadas para plantas y árboles. Es decir, es fácil encontrar matas en peldaños de escaleras, aceras, en mitad de las calles o a los pies incluso de nichos.

Una madre y su hija afirmaban ayer a este diario que son ellas las que limpian el entorno de la lápida que atienden, y que, si no fuera por ellas, estaría todo más sucio.

Añaden a su vez que hace escasos días pasaron a limpiar, pero que más de una vez han visto a un único trabajador para un camposanto muy extenso, cuyas dimensiones son de aproximadamente 11,6 hectáreas y que cuenta, como curiosidad, con unas 200 fuentes para dar servicio a las familias.

El edil de Cementerios, Héctor Díez, explica que aquí intervienen dos equipos de trabajo. Por un lado, está Urbaser, que limpia los caminales y viales cada 15 días, ya que se supone que los visitantes se comportan de forma cívica y la afluencia no es masiva, al margen del Día de Todos los Santos y Navidades.

Y, por otro lado, está Espais Verds, que tiene dos encomiendas de gestión, por valor de 8.000 euros cada una, y que se ocupa del mantenimiento de las zonas verdes. El concejal no descarta que haya que potenciar al menos este segundo servicio, pero también recuerda que la plantilla de Cementerios es escasa, sin olvidar que es ahora cuando más hojas se desprenden.

En cualquier caso, ilicitanos presentes ayer en este cementerio de San Agatángelo lamentan que haya palmeras secas o sin podar, jardineras desatendidas, lápidas olvidadas fuera de sitio o un vallado que no se ha cambiado o renovada desde que se abrió este recinto hace ya varias décadas.

Se calcula que en Elche se producen aproximadamente unos 1.200 enterramientos anuales.