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Un sistema de riego tradicional que hace aguas en la ciudad

Regantes y expertos creen que la antigua red de canalización hídrica necesita más mantenimiento

Un partidor movible en el Parque Municipal; elevación de Riegos El progreso; y dos partidores, uno de ellos en la ladera del río. sergio ferrández

La estructura del riego en Elche data de tiempos de la etapa árabe y está protegido por su papel de protección del Palmeral. No obstante, el abandono en muchos puntos desluce un patrimonio que, debido a una escasa atención, según opinan regantes y responsables de la gestión del agua, está perdiendo calidad y protagonismo en Elche.

La Acequia Mayor y la Acequia Marchena vertebraban el sistema de riego histórico en Elche. Su vestigios siguen atravesando el término municipal, desde Aspe, pasando por el pantano y el casco urbano ilicitano y alargando sus brazos hacia todo el Camp d'Elx, beneficiario de sus vertientes. Los cultivos tradicionales de la ciudad siguen recibiendo, aunque de manera cada vez menos idílica el riego proveniente de los canales del agua «dolça i salà». Los azudes y los métodos tradicionales de regadío siguen inundando la vida ilicitana, sumando al río Vinalopó una red de ramblas paralelas que han alimentado los campos.

El avance de las zonas urbanizadas está escondiendo estas conducciones a pesar de que aún crean vida en los cultivos ilicitanos y de que son parte del patrimonio histórico y vivo de Elche.

Ruta del agua

La corriente del agua «dolça i salà» comienza en Aspe, donde dos puentes imponentes, los de los tres y los cinco ojos canalizan su curso hacia los campos ilicitanos. Ángel Urbina, presidente de Riegos de Levante, señala estas infraestructuras como claves e impresionante para la incorporación del agua la ciudad. El molino Real es otro de los puntos claves para el riego en desde tiempos inmemoriales y es uno de los puntos más característicos de la ciudad donde la fuerza del agua se destinaba a la muela del trigo para convertirlo en harina. Se baraja que en el lugar que hoy ocupa el molino tal y como se conoce pudo haber un molino hidráulico de origen árabe en ruinas.

Las inmediaciones del Parque Municipal esconden más tesoros en forma de canalizaciones. Cerca de la fuente que corona la parte norte del parque, hay una construcción muy curiosa que, según Urbina, es una forma de reparto y separación de canales muy características de Elche.

En este canal, en el que llega agua de la Acequia Mayor, hay un partidor movible en el que se puede repartir hasta a tres canalizaciones distintas y que aún conserva su aspecto como a principios de siglo.

La ladera del río en su parte alta es también lugar por el que los canales acompañan la trayectoria del Vinalopó de forma encauzada para el riego. En varios puntos del trayecto, desde el Pantano volvemos a ver esos sistemas de partición del agua. Las ramblas de Barbasena y Los Arcos y San Antón y El Grifo abrazan el cauce principal. Conforme se avanza cauce abajo, a la altura del Sector V se encuentra una de las canalizaciones más espectaculares que puede ser divisadas desde la misma ladera. Un acueducto inaugurado en 1913 y que ahora, a pesar de ser patrimonio de la ciudad aparece con evidentes signos de desgaste.

Según expertos en patrimonio de la Generalitat Valenciana, en muchas ocasiones las construcciones tradicionales del riego se encuentran abandonadas y no tiene un gran mantenimiento. Así, aseguran que no es algo endémico en la ciudad, pero que en Elche se hace más grave ya que muchos de los partidores y sus sistemas son únicos. «Parte del sistema de riego en Elche es muy peculiar y prestándole atención podría ser un gran ejemplo de valía cultural». Según afirman, la falta de actuaciones por recuperar y poner en valor este sistema de riego puede poner en peligro su existencia.

Tradición hoy en día

Riegos de Levante, la presidencia de la Acequia Mayor del Pantano, Nuevos Riegos El Progreso y un sinfín de organismos tratan de dotar de sentido común en el reparto del agua en su papel para el riego. Así, estas instituciones al igual que los canales, también dejan huella en el patrimonio histórico de la ciudad. La carretera de Dolores ve en varios puntos varias edificaciones que se remontan a principio de siglo de Riegos El Progreso. Hasta tres casas distintas son muestra viviente de la arquitectura tradicional de la ciudad a comienzos del siglo XX y de cómo, por dentro, las canalizaciones se y adecuan a las nuevas necesidades para la gestión del agua.

El restaurante Palazón en el término municipal, sigue siendo uno de los puntos de referencia de la venta de agua, en la que, periódicamente se reúnen los beneficiarios para pedir las cantidades de necesarias para hacer el riego por goteo o incluso el riego a manta. El agua se otorga por horas de riego y se paga en consecuencia a lo demandado.

El olvido no acaba de ocultar una ruta que sigue viva a través de estos canales que corren por los márgenes y por el imaginario común de los ilicitanos.

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