No sólo están pendientes de las pokeparadas o de los gimnasios para entrenar a los virtuales bichitos japoneses los seguidores del famoso juego para móviles «Pokémon Go». También se encuentran al acecho las fuerzas de seguridad, ya que, según Fernando Miró, director del Centro Crímina de la Universidad Miguel Hernández (UMH), cualquier fenómeno que altere los flujos de movimiento en un lugar puede afectar a los incidentes delictivos. En este caso, se pueden producir más o menos accidentes de tráfico, allanamiento, robos de móviles, etc.

El responsable de este departamento de estudio y prevención de la delincuencia, en colaboración con la Unión Nacional de Jefes y Directivos de la Policía Local, quiere investigar cómo el uso de esta app afecta a la seguridad, mapeando ciudades tan importantes de la provincia como Elche o Alicante. «Con esto no queremos decir que el famoso videojuego aumenta los índices de delitos o de incidentes. Simplemente los modifica. Puede generar algunos nuevos e, incluso, evitar otros», determina Fernando Miró.

Por ejemplo, en la ciudad ilicitana, asegura que la aplicación ha provocado que el puente de Canalejas o la plaza de la Mercé se hayan convertido en polos de atracción de jóvenes que acuden en masa a cazar estos diminutos seres, ya que son un punto caliente en lo que a pokeparadas se refiere.

«Esto puede implicar que se produzcan leves accidentes de tráfico si algún conductor trata de echarle el lazo a algún pokémon mientras conduce, o atropellos si un jugador se ensimisma con el móvil mientras cruza una calle. No sabemos hasta qué nivel es así, pero puede ocurrir. Trataremos de descubrirlo a través de las bases de datos policiales e incluso de información que nos pueda pasar la DGT», desarrolla Miró, a la vez que añade que lo que sí les consta es que en algunas localidades turísticas se han dado instrucciones a los agentes este verano para que supieran cómo proceder en enclaves donde se concentran muchos de estos jugadores y qué tipo de incidentes pueden acarrear.

El principal problema que pueden generar estos «entrenadores» de pokémons tiene que ver con cómo les abstrae el juego de lo que les rodea. Los creadores de la app, en una de las actualizaciones más importantes, implementaron el cambio de recomendarte abandonar la partida si el móvil detecta, por un sistema GPS, que vas a una velocidad superior a 20 kilómetros por hora, lo que puede revelar que estás conduciendo. Tampoco puedes eclosionar huevos a más de 15 kilómetros hora, lo cual ha derivado en que algunos coches circulen a velocidades muy reducidas o que mucha gente, este verano, haya utilizado más la bici. Miró afirma que, de manera inusual, en Elche, se ha visto a muchos niños sobre estos vehículos de dos ruedas a pesar de las elevadas temperaturas. Todo sea por embolsarse a Pikachu.

En lo que insiste Miró es en que estas alteraciones no son ni buenas ni malas. «Por ejemplo, antes, en Elche la gente no paseaba tanto por la zona baja del cauce del río o en Alicante por la Zona Volvo. Eso genera más seguridad porque los viandantes, sin querer, se convierten en vigilantes de lugares poco frecuentados. A raíz de este juego, en el cauce del río ilicitano también se ha puesto de moda los fines de semana, entre los adolescentes, ir a pillar pokémons y, después, el puntillo a través de la práctica del botellón», argumenta este experto en Criminología.

Reseña, además, que un ministro belga, hace poco, solicitó que se eliminaran las pokeparadas en los aeropuertos porque, según su criterio, podía ser perjudicial para la seguridad de los pasajeros. «Lo que nosotros queremos saber, de manera empírica, es si realmente afecta que instalaciones como el aeródromo de Elche-Alicante sea un hervidero de pokeparadas y gimnasios. La única forma de tenerlo claro es con los datos en la mano, ya que también hay mucho bulo poco fundamentado», dice.

Lo que sí observan en Crímina es que el fervor por esta app está cayendo con respecto a cuando arrancó poco antes del verano. «Como fenómeno social nos parece interesante. De hecho, yo soy usuario del juego y no voy a revelar el nivel en el que estoy pero... Ya le gustaría a muchos otros cazadores», bromea el experto.