La siniestralidad en las carreteras de la provincia se ha agravado en los ocho primeros meses del año. Las vías interurbanas han dejado en lo que llevamos de 2016 un total de 28 muertos, lo que supone un incremento del 27,3% respecto al mismo periodo del año anterior, según los últimos datos facilitados por la Dirección General de Tráfico. Aproximadamente, el 40% de los fallecidos en las vías de alta capacidad de la provincia eran conductores de motocicletas, bicicletas, tractores, quads o peatones.

De esta forma, el número de accidentes, registrados hasta el 29 de agosto, se elevan ya a 2.711 siniestros, un 6,1% más que en los ocho primeros meses del ejercicio pasado, cuando se contabilizaron 2.555 siniestros. En mayor medida, los alcances de tráfico acaecidos en lo que llevamos de 2016 han tenido un balance de heridos graves muy notable, con un incremento del 45%, al pasar de 60 a 87. Mientras, los heridos leves se han quedado en un aumento del 0,2%, con 1.265 este año y 1.263 el pasado ejercicio. Esto se traduce en que los accidentes contabilizados hasta la fecha han tenido un mayor impacto este año.

Por zonas de mayor siniestralidad de la provincia, la N-332, que recorre el Este de España, a su paso por la provincia, es la que más accidentes mortales ha sufrido hasta agosto, con cinco fallecidos y tres heridos graves. Por orden, en segundo lugar, se encuentran los caminos, donde se han producido cuatro accidentes con cuatro víctimas mortales.

El ránking de siniestralidad sitúa en tercera posición a la A-31, que va desde Alicante a Madrid y que, a su vez, es una de las vías de alta capacidad del territorio alicantino que duplica la media nacional en intensidad de tráfico, principalmente a la altura de Petrer. En este vial, se han producido ya tres alcances mortales, con cuatro fallecidos, cuatro heridos graves y otros cinco leves.

Otra de las carreteras interurbanas de un grado índice de conflictividad es la A-7, donde la pasada semana tuvo lugar el trágico accidente entre un camión y dos vehículos, que acabó con cuatro fallecidos, un herido grave y dos leves. El número de víctimas se reduce en el resto de carreteras de la provincia, aunque, no obstante, no dejan de registrar víctimas mortales. Entre ellas se encuentra la CV-70, que discurre entre Alcoy y Benidorm, CV-720, la CV-770, CV-800, CV-8133, CV-859 y CV-911. Todas estas zonas han acogido un accidente mortal en lo que va de año. Entre las carreteras nacionales con mayor siniestralidad está la N-340, que recorre la costa del Mediterráneo, con una víctima mortal contabilizada y la N-334, que pasa por el interior de la provincia, y que ha registrado ya dos fallecidos.

Ante estas cifras, la falta de mantenimiento y de inversiones, así como el elevado número de vehículos de alta capacidad han sido puestos en evidencia, como unos de los principales enemigos de la circulación. Según los últimos datos ofrecidos por el Consell, las vías de alta capacidad de la provincia de Alicante necesitan una inversión de 79.000 euros por kilómetro.