Unos bajan la persiana por vacaciones y otros aprovechan para hacer obras. Es tiempo de reformas en Elche. Comercios del centro de la ciudad y de los diferentes barrios han aprovechado la segunda quincena de agosto para poner a punto sus negocios. Así, entre cemento y ladrillos, muchos locales se han puesto patas arriba para renovar o adecentar su imagen, en unas semanas que se caracterizan por el bajón de clientes y de ventas.

«Hemos esperado a que pasen las fiestas para hacer la remodelación, ya que la gente se ha ido a la playa», comentaron desde un local de moda situado en el casco antiguo.

Como este caso, lavaderos, panaderías, clínicas privadas, tiendas de calzado... apuran los últimos días de agosto para reabrir en septiembre, con la activación de la ciudad. Y es que, desde tirar abajo paredes, hasta cambiar el suelo, reformar la fachada, o reparar las tuberías, cualquier movimiento ha sido oportuno para darle un cambio de aires al negocio.

«Hemos decidido aprovechar este momento para hacer la reforma porque también las rebajas están llegando a su fin y descienden mucho las ventas», señalaron desde una zapatería. Y es que, con los últimos flecos de las vacaciones, septiembre a la vuelta de la esquina y el cambio de temporada para la moda y el calzado, los establecimientos han utilizado este paréntesis y el descanso del personal para acometer diferentes trabajos.

Así las cosas, la recuperación económica también se ha convertido en un factor clave para que los comerciantes afronten remodelaciones en sus locales, algo que se ha dejado notar en las licencias de rehabilitación concedidas en Elche.

«Llevábamos tiempo queriendo cambiar el pavimento y lo hemos hecho este verano, ya que el año nos ha ido bien», apuntaron desde una tienda de calzado. Las pequeñas reformas siguen estando a la cabeza, por delante de las grandes obras, pese a que éstas últimas también han conseguido ver la luz en los últimos meses, con la mejora del sector de la construcción y, por tanto, del incremento de afiliados a la Seguridad Social. Para realizar una obra menor, el particular se ve obligado a pagar una tasa de unos 80 euros y el 3% del presupuesto que supone la reforma o rehabilitación.