Las secuelas de la Nit de l'Albà y de las fiestas de Elche también llegan lejos del casco urbano. La afición por la pólvora y por los petardos se ha dejado notar durante este verano en las pedanías, las zonas de playa, e incluso un espacio natural y protegido, como es el Clot de Galvany.

Este paraje ha sufrido los daños colaterales de la Alborada y también la falta de civismo de la gente que se ha colado en el parque para lanzar cohetes, pese a estar prohibido, y después no retirarlos. De hecho, vecinos de Arenales del Sol han criticado la suciedad y los restos de cohetes en esta zona verde. Residentes de esta partida, cercana al litoral ilicitano, han denunciado que cada verano se produce una situación similar y han alertado del riesgo que supone para el Clot de Galvany, ante cualquier posible incendio.

En esta línea, vecinos y usuarios del espacio natural han mostrado su malestar porque durante esta semana todavía quedaban restos de material pirotécnico esparcidos por el suelo. Desde carcasas, cajas, cañas, fuentes, hasta petardos, ya explosionados, han permanecido en el parque natural tras los días de fiesta.