Su valor es inmaterial, como reza en su declaración como Patrimonio de la Humanidad, y ayer volvió a confirmarse en la representación de La VespraLa Vespra. Las intensas sesiones de ensayos generales dieron ayer paso a la representación de la primera parte del Misteri d'Elx.

El ambiente previo así lo hacía sentir. Decenas de ilicitanos guardaban sus asientos desde horas antes del inicio de La Vespra, ya que la asistencia, ayer y hoy, es gratuita. Por eso estaban abiertas, de par en par, las puertas de la basílica de Santa María, para que la intensidad de los sentimientos que allí se vivieron llegarán a todos los rincones de Elche.

La procesión arrancó puntual desde la Casa de la Festa. La banda de música interpretó el Abanico, para que escolanos, cantores y representantes del Patronato y del Ayuntamiento, con sus invitados, se trasladasen hasta el templo ilicitano, ubicado a escasos metros.

La expectación se centró en la puerta principal de Santa María, donde, tras la bienvenida que ofreció el rector de la basílica, Francisco Conesa, arrancó la primera representación del ciclo estival.

«Trabajamos para ofrecer el mejor Misteri en cada representación», reconoce el Mestre de Capella, José Antonio Román. Y con ese objetivo llegaron los escolanos, primero, y los cantores, después, al andador, haciendo su entrada en la escena.

El niño Manuel Abad encarnó el papel de María Mayor, con Carlos Felipe como María Salomé y José Antonio Pastor en el papel de María Iacobe. El cortejo lo formaban Antonio Esteve, Javier García, Claudio Gómez, Juan Santonja, David Agulló y Jorge Miguel.

La representación arrancó en el andador, y una vez que el cortejo llegó al cadafal las miradas del público se dirigieron al cielo, que se abrió para dar entrada a la Mangrana con el Ángel, que interpretó Eduardo Gómez.

Los aplausos del público, que llenaba cada rincón de la basílica desde donde era posible ver y escuchar el canto de los niños, recibieron al primer aparato aéreo en aparecer en La Vespra a la vez que se escuchaba el disparo de cohetería. Un momento que atrajo a más personas del exterior para ver desde la calle cómo bajada uno de los elementos más característicos del Patrimonio de la Humanidad.

El esfuerzo que durante los últimos años se está realizando en la mejora de la escenificación quedó reflejado en la entrada en el templo del Apostolado, así como en la interpretación del Ternari, que estuvo a cargo de José Manuel Guinot, Samuel Fernández y Vicente Cremades.

El Araceli contó con los niños Pau Gonzálvez y Antonio J. Espinosa, con los cantores Salvador Cotes y Luis Antón.

La primera parte del Misteri estuvo a un gran nivel, apuntaron desde el Patronato, y se desarrolló sin anécdotas, después de las que se han registrado durante los días previos en los ensayos.

Entre los invitados que asistieron ayer a La Vespra estaban el nuncio del Papa Renzo Fratini, que hoy también asistirá a La Festa, además de presidir la procesión y la misa en honor a la Patrona. El conseller de Transparencia, Manuel Alcaraz, también presenció ayer al Misteri.