Elche se despidió ayer de los días de pólvora a lo grande. Con un terremoto tembloroso, la ganadora de la mascletà de las pasadas fiestas, la pirotecnia Turis, ofreció una lección al público.

Los disparos aéreos abrieron la cita en Traspalacio. Los silbidos de los cohetes y los colores llevaron a los espectadores a mirar al cielo, deseosos de que empezaran los truenos. Tras unos primeros minutos dedicados a las alturas, comenzaron a retumbar los artefactos terrestres. Junto a los efectos digitales, la mascletà empezaba a tomar fuerza y a acelerar a los asistentes. Alrededor de 120 kilos de material pirotecnico y explosivo fueron los suficientes para poner el colofón a las fiestas patronales. «Hemos querido que sea más potente, viva y dinámica», apuntó Vicente Albarranch de la pirotecnia Turis. Así, un estallido de pólvora hizo vibrar a los asistentes y logró que los alrededores retumbaran. Los aplausos y los saltos del público se dejaron notar en buena parte de las detonaciones y eso que no terminaron de explotar todos los terremotos del final que estaban previstos.

La pirotecnia Ferrández, encargada de disparar el día 14, ha sido la ganadora del concurso, que, por primera vez, ha dado la voz al público y ha contado con 550 votos.