Un final de fiestas más controlado que nunca. El castillo de fuegos artificiales lanzado anoche desde el puente del Ferrocarril estuvo marcado por un amplio control policial para evitar avalanchas en el cauce del río.

El concurrido escenario para ver el espectáculo pirotécnico en la ladera del Vinalopó contó, por primera vez, con la restricción del aforo en la zona más cercana al lanzamiento de los artefactos. De esta manera, la Policía Local se encargó de vigilar los accesos hasta el puente de la Virgen, con el objetivo de evitar que se concentraran más de 6.000 personas en todo el tramo. Y es que, en los años anteriores se habían llegado a reunir más de 8.000 personas, según calcularon desde el Ayuntamiento.

Desde la tarde y hasta la noche, alrededor de 66 agentes y voluntarios de Protección Civil se movilizaron en el espacio acotado, donde, además, hubo zonas libres para garantizar la libertad de movimiento y la seguridad en una cita multitudinaria. La Policía Local prohibió, también, el acceso al cauce del río con mesas y sillas, con la finalidad de evitar aglomeraciones, y así facilitar la evacuación, en caso de emergencias. Tampoco estuvo permitido el lanzamiento de petardos en la zona acotada. Fuera del tramo especialmente controlado, no hubo restricciones policiales ni de aforo, al disminuir el riesgo de caída de cañas y al bajar la concentración de público.

Con todo ello, a la llegada de la medianoche, el puente del Ferrocarril acaparó todas las miradas. La pirotecnia Turis fue la elegida para poner el punto y final a las fiestas de Elche. El tradicional castillo del día de la Virgen despidió una jornada festiva con una espectacular exhibición aérea y con una cascada más duradera que de lo costumbre. Por segundo año consecutivo, la firma ofreció un disparo repleto de colorido y de sonido, que comenzó con tres puntos de lanzamiento y contribuyó a dar más visibilidad a los cohetes. Tras este estallido de fuegos, una catarata se desplegó puente abajo ante la admiración de los espectadores. «Sabemos lo que gusta en Elche la cascada y este año hemos querido apostar por ella, ya que nos hace mucha ilusión ofrecer el castillo a los ilicitanos», apuntó Vicente Albarranch, de Turis.

Así, 250 kilos de pólvora conquistaron a los asistentes y coronaron el día grande de la ciudad.