Por devoción, por tradición, o simplemente por diversión. La noche de la Roà es una velada en la que todos los ilicitanos participan en una de las celebraciones más multitudinarias del calendario festivo. Y es que, en la noche de la Roà, Elche no duerme. Las calles están a rebosar de gente, y la de anoche no fue una excepción. Más bien al contrario, ya que la coincidencia de esta fiesta en fin de semana ha atraído a Elche también a muchos visitantes que participan en las celebraciones.

Ya entrada la noche se podía encontrar tanto a quienes disfrutaban de una larga jornada festiva en compañía de amigos y familiares, como a los que rendían su particular aportación a la tradición ilicitana de velar a la Virgen de la Asunción tras el fallecimiento representado en el primer acto del Misteri, «La Vespra». Pero una cosa no quita la otra, y también estaban los que cumplían con ambos propósitos, ya que hubo tiempo para todo.

Así, ya a la hora de la cena y tras la ofrenda floral, el racó gastronómico y las terrazas de los establecimientos de hostelería que sacaron sus mesas a la calle se comenzaron a llenar y a ellos le tomaron el relevo los locales de ocio con las barras instaladas en la calle. En este sentido, la concejalía de Sanidad llevó a cabo su campaña de concienciación sobre el alcohol y premió a los jóvenes que no bebían en una noche tan señalada

Así, pequeños y mayores disfrutaron de esta noche especial en la que no faltaron la música, las velas y el chocolate con churros.