La noche de la Alborada y de las carretillas se saldó ayer con al menos seis heridos, cinco leves y uno grave, que precisaron la atención de los servicios de emergencia, pero que finalmente no tuvieron que ser ingresados en el Hospital. Dos lesionados sufrieron el impacto de cañas durante la celebración de la Nit de l'Albà, entre las 23 y las 24 horas. Por otra parte, también se registraron otros cuatro heridos por manipulación de artefactos pirotécnicos. De ellos, el único que inicialmente se catalogó grave fue un niño de 8 años, que presentó heridas en el pómulo y en el pecho, aunque, según fuentes sanitarias, los sanitarios consideraron que sus heridas no son graves, rebajando su diagnóstico a herido leve.

La Nit de l'Albà movilizó ayer a un amplio dispositivo de seguridad para velar por el cumplimiento de las normas en una ciudad inundada de pólvora y de fuegos artificiales. Cerca de 300 efectivos, entre Policía Nacional, Policía Local, Guardia Civil, sanitarios y voluntarios de DYA y de Protección Civil se coordinaron en una edición que ha visto incrementar la cifra de refuerzos en un 15%, al coincidir con el fin de semana.

Las primeras incidencias se registraron en la zona de Porfirio Pascual, donde un grupo de carretilleros lanzaron artefactos contra la Policía Nacional, fuera de la zona acotada. Asimismo, en la avenida de Novelda y en Doctor Sapena también hubo quienes tiraron este tipo de material pirotécnico, pese a estar prohibido en la vía pública. Los bomberos tuvieron que realizar, al menos, una decena de salidas por fuego en toldos, matorrales y contenedores. Mientras que el perímetro acotado para la «carretillà» en la calle Filet de Fora contó con una gran presencia de público.

Dentro del despliegue de medios Elche contó con apoyo de 50 policías de otras ciudades. Concretamente, participaron la Unidad de Intervención Policial de Valencia, y la Unidad de Prevención y Reacción de Alicante, a los que se sumaron, como novedad, la Unidad de Caballería de Valencia y un helicóptero policial para apoyo aéreo los días claves de las fiestas. Los agentes montados a lomos de sus caballos partrullaron por el centro de la ciudad desde la tarde para controlar el lanzamiento de petardos y otros artefactos pirotécnicos que comenzaron a lanzarse desde bien temprano.

Concretamente, la Policía Local y la Policía Nacional se encargaron de velar por la seguridad ciudadana en casco urbano y algunas pedanías. Por su parte, los efectivos de Guardia Civil centraron su trabajo en controlar la seguridad vial así como la seguridad ciudadana en las pedanías de Valverde, Perleta, La Marina y Las Bayas.

La ciudad también se vio reforzada con el dispositivo de sanidad. Además de los dos servicios ambulatorios de atención urgente que contempla el dispositivo establecido en los últimos años, el Ayuntamiento contrató una tercera ambulancia UCI.