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Adaptándose a las barreras

Gente con visibilidad o movilidad reducidas asiste a las celebraciones superando limitaciones

Personas con movilidad reducida y con discapacidad visual en el concurso de arroz con costra, la mascletà y un recinto festero. Antonio Amorós / Sergio ferrández

Las personas con discapacidad visual o con movilidad reducida viven las fiestas de Elche con el mismo entusiasmo que cualquier ilicitano aunque, a veces, con algunas limitaciones a la hora de acceder a las celebraciones.

Los ciudadanos con deficiencia visual, en especial los ciegos totales, son los que más restricciones pueden encontrarse, según el delegado de la ONCE en Elche, Bernardo Presas. Y es que, el cambio de la fisionomía de la ciudad incluye nuevas barreras arquitectónicas que son casi imposibles de predecir y por ello necesitan ir acompañados a los recintos muy concurridos.

El ruido es otro de los inconvenientes para estas personas. El delegado de la ONCE en Elche asegura que para una persona ciega «los sonidos orientan, pero el exceso de ruido molesta» y que por ello, acceder a las barracas puede ser una odisea. Presas afirma que, aún así, vive las fiestas de Elche y que no falta al Misteri o a la Roà o a los desfiles como la Charanga o de Moros y Cristianos «porque me puedo sentar y me van narrando lo que sucede alrededor». Por otra parte, otra mujer con deficiencia visual, Inma Pascual, asegura que la falta de visión apenas es inconveniente para disfrutar de los eventos y los recintos festeros, salvo su horario laboral.

Impedimentos

Desde la Asociación de Discapacitados Psíquicos Límites y Ligeros de Elche (Adipsi) afirman que los mayores impedimentos para las personas con movilidad reducida están en el acceso a locales de ocio sin adaptar. Sin embargo, disfrutar de la fiesta en la calle es, para la organización, cada día más asequible para quienes llevan silla de ruedas.

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