El Misteri d'Elx regresó ayer por fin a la basílica de Santa María. Después de un año de espera los enamorados de La Festa, pero también los que por primera vez querían conocer la gran dimensión de este Patrimonio de la Humanidad, pudieron experimentar lo que se siente al escuchar las templadas voces del Apostolado y la Judiada, los dulces cantos de la Escolanía, así como las vibraciones del grave órgano, la majestuosidad de los aparatos aéreos o la inimitable lluvia de oropel.

La escenificación de ayer tuvo la anécdota de que, en la primera parte, un consueta tuvo que subir al Cadafal, algo totalmente inusual, ya que los niños no podían liberar al Ángel al atascarse la barandilla de la Mangrana. Estaba tan dura que el consueta tuvo que ayudar también una vez regresó el Ángel al aparato aéreo tras entregar la Palma de San Juan a María. Previamente, la Mangrana también hizo acto de presencia en el Cielo girada, aunque de inmediato se recuperó la normalidad.

Pasadas las 22.30 horas, y con la presencia de monseñor Carlos Amigo, entre otros, comenzaba anoche la primera representación extraordinaria. Hoy será la segunda, a la misma hora, mientras que el sábado, a las 17.30 horas, tendrá lugar el ensayo general, aunque en los últimos años es difícil diferenciar entre las dos primeras y la tercera, la cual sirve de preámbulo para las verdaderas escenificaciones: La Vespra, el domingo a las 18 horas; y La Festa, el lunes a la misma hora y el momento más esperado por los ilicitanos por cuanto tiene lugar la Coronación de la Patrona.

El caso es que anoche se tenía muchas ganas de comprobar que la maquinaria humana y técnica de La Festa, tras un año de preparativos, ensayos, mejoras y ligeros retoques, continúa engrasada para ofrecer un nivel muy alto.

Cierto es que la primera de las jornadas permite probar nuevas voces, tanto adultas como infantiles, pensando en los años venideros. La cantera, que no falta, tiene que estar asegurada y para ello nada mejor que atreverse con el Andador, el Cadafal, la Mangrana o el Araceli, por citar los planos horizontal y vertical en los que se desarrolla el drama asuncionista.

Mujeres

Muchas fueron las novedades que coincidieron en el templo. Para empezar, Reme Sanz, como portaestandarte, y Conchi Álvarez y Mayte Vilaseca, como personalidades electas, se estrenaron en estas responsabilidades, en una escena con una importancia mayor de lo que pueda parecer a simple vista: nunca antes las mujeres habían copado los tres cargos al unísono. Las tres periodistas vienen a representar el homenaje a todas las mujeres por parte de un Misteri que relega a la fémina -aunque el drama suponga una total ofrenda de amor a la Patrona de Elche- en un segundo plano. De hecho, cabe recordar que son solo varones los que pueden participar en La Festa. Incluso los papeles de las Marías los hacen niños.

Precisamente, de María Mayor se estrenó ayer, y esta fue otra de las novedades, Pau Gonzálvez, el hijo del responsable de la Escolanía, Javier Gonzálvez, el cual, en lugar de estar al órgano, se encargó, como el pasado año en esta misma fecha, de dirigir a la Capella; mientras que el Mestre que habitualmente se encarga de esta labor, José Antonio Román, asumió el papel de Santo Tomás 36 años después de que lo representara por primera vez.

De este modo, padre e hijo coincidían -el primero no pudo evitar una sonrisa cuando, en su papel de apóstol, tuvo que besar las manos de María, en este caso su hijo- en una escenificación con pequeños detalles a pulir. Pero de eso se trata, de probar y mejorar. No obstante, las voces funcionaron muy bien.

Pepe Soler también daba ayer el salto del coro juvenil a la Capella, mientras que los niños que salieron en el Araceli y en la Coronación se estrenaban, al igual que el Ángel, Eduardo Gómez Antón, así como parte del cortejo, entre ellos Hugo Miralles López, muchos de ellos en su primera incursión en las representaciones. Otra curiosidad a tener en cuenta de cara al futuro estaba junto al órgano. Desde allí, una representante del colectivo de personas sordas recibía la explicación de una intérprete de signos de lo que estaba sucediendo en el templo. La idea en un futuro es tratar de acercar el Misteri también a las personas sordas.

En definitiva, los nervios se controlaron bastante bien, por lo que el primer día del Misteri fue, en líneas generales, muy agradecido en todos los sentidos, aunque con un público, buena parte del mismo primerizo, que en ocasiones no sabía muy bien cuándo acertar a aplaudir, pese a que ganas no le faltó al respetable.