Se sienten desinformados, totalmente desinformados. Y lo peor es que, hasta la fecha, inciden en que no tienen constancia de estudio científico alguno que avale que la jornada continua va a mejorar el rendimiento de sus hijos. Por el contrario, los informes que manejan apuntan hacia un extremo totalmente contrario. A modo de ejemplo, y, sin ir más lejos, se aferran a lo que dice la Sociedad Valenciana de Pediatría, que aconseja que los más pequeños deben comer entre las 12 y las 13 horas. Por ello, una treintena de padres de Elche se ha unido ya en la Plataforma por la Información y la Promoción de los Valores de la Jornada Partida, o Plataforma por la Jornada Partida, como ya la conocen entre ellos. Todo empezó hace unas semanas en un aula del colegio ilicitano de El Palmeral, pero, poco a poco, han ido llegando a más centros de Elche, hasta tener una treintena de miembros activos en estos momentos. «La jornada partida tiene defectos, es verdad, pero donde se ha instaurado la jornada continua tampoco se ha mejorado el rendimiento y, además, genera otros problemas», alegan.

De momento, ya han creado un grupo de Facebook, Info Jornada Partida El Palmerar-Elx, y una dirección de correo, plataformajornadapartida@gmail.com, para que todos los padres y madres interesados puedan intercambiar inquietudes y estudios sobre las ventajas de la jornada partida. Sin embargo, no se han quedado ahí. Ya han comenzado a activar el protocolo para constituirse en asociación y, así, tratar de tener más fuerza a la hora de mostrar su oposición y rechazo al horario intensivo en los colegios.

De entrada, los padres se muestran muy críticos con el proceso. «En estos momentos, se ha desatado una guerra entre los padres, sobre todo porque falta información, y lo peor es que también está habiendo enfrentamientos de padres con los maestros, e incluso entre los propios docentes entre sí», señalan los promotores de esta iniciativa.

A partir de ahí, se apoyan en criterios científicos, emocionales, de conciliación y jurídicos a la hora de exponer sus argumentos. «¿Por qué para los niños es mejor la jornada partida? La clave está en conocer cómo funciona el cerebro», expone una de las madres, que recurre a estudios de José Antonio Marina y de algún que otro premio Nobel. «No podemos adaptar al niño al horario educativo, sino que el horario se debe adaptar al niño», sentencia.

En esta línea, los padres indican que «está demostrado que, a partir de las dos horas y media, el cerebro se satura, por lo que es necesario dejar un tiempo de integración y asimilación de la información, y de ahí que sea tan importante dejar espacio a los niños para que coman, jueguen o duerman la siesta». A ello, añaden las consecuencias que puede tener, sobre todo para los más pequeños, retrasar el horario de las comidas más allá de las dos de la tarde. Las relaciones sociales que mantienen en el horario del comedor y en las clases extraescolares de la tarde o la conciliación de las familias son otros de los puntos a los que se aferran.

Finalmente, critican que, pese a que se vota el 15 de septiembre, no han podido ver los proyectos de los centros. Lamentan eso, y que las clases arrancan el 8 de septiembre y unos días después se votará. «¿Podremos optar si sale la opción contraria a un cambio de colegio?», cuestionan. Además, les generan dudas otros aspectos. «La jornada continua, de aprobarse, estará vigente tres años. Si no sale, ¿habrá que votar otra vez por la jornada partida al año siguiente?», plantean.