Ataviados con gorro y delantal, unos cuarenta niños de entre dos y tres años se pusieron ayer manos a la obra en la cocina para aprender de la mano de la chef ilicitana Susi Díaz. La experta gastronómica realizó una clase magistral y acercó a los más pequeños su pasión, con el objetivo de demostrar que desde la infancia se pueden adquirir dotes culinarias y fomentar la creatividad.

Así, concentrados y entusiasmados con la tarea, los alumnos de la escuela infantil La Casita del Reloj se adentraron en la aventura de diseñar figuras de animales a base de gelatinas de frutas. Molde en mano, llegó la hora de decorar las creaciones y dar rienda suelta a la imaginación.

«Lo importante es que desde pequeños sean capaces de hacer su propia elaboración, que empiecen a gestionar y que se sientan valorados. Y es que lo que se cultiva desde niños no se olvida», explicó la jefa de cocina del restaurante La Finca.

Pero, más allá de esa intención de estimular su atención temprana hacia la gastronomía a través de los cinco sentidos, la actividad culinaria tuvo una apuesta por educar en valores. «Además de conseguir que desde la infancia les guste la cocina, es muy importante fomentar la igualdad. Hacerles ver que este campo no es solo cosa de mujeres, sino también de hombres», apuntó Susi Díaz.

De esta forma, con esmero y con entusiasmo por diseñar sus propios postres de verano, los pequeños chefs demostraron que, a pesar de su corta edad, pueden comenzar a desenvolverse y pasar un rato divertido.

De moda

En mitad del «boom» por la cocina y los programas gastronómicos, las actividades culinarias con los más pequeños se han convertido en todo un filón para educar de una forma diferente.

«Planteamos hacer una actividad distinta dirigida a los niños de la escuela de verano y pensamos que la cocina era una gran idea, ahora que está tan de moda», comentaron las directoras de la escuela infantil, Marian Maciá y Luti Navarro.

Por ello, las educadoras resaltaron la importancia de aprovechar la iniciativa para enseñar a sus alumnos a manipular por ellos mismos los alimentos, a disfrutar del trabajo en equipo y a comer de forma saludable.

«Si a esto le unimos la oportunidad de aprender con expertos como Susi Díaz, fabuloso», resaltaron las encargadas de la Casita del Reloj.

Sea como sea, durante algo más de una hora, la maestra culinaria y su equipo de cocineros estuvieron recortando figuras y ayudando a los niños a despertar el interés por la cocina y, quizás, formar a futuros chefs.