Ni más ni menos que dos meses. Eso es lo que ha tardado la empresa del hotel de Arenales en cumplir la orden de Costas que le obligaba a retirar todas las lonas que cubren la estructura. Fue precisamente coincidiendo con el mandato de paralización de la ejecución de los trabajos, a finales de mayo, cuando el Gobierno central instó a la firma a que se quitara cualquier protección del inmueble.

Consideraba la Administración central que Princesol se había extralimitado de las autorizaciones, había derribado más de lo permitido, y, por tanto, abría un expediente. No obstante, y para facilitar que se pudiera verificar desde el exterior que realmente ese mandato se estaba cumpliendo y, por tanto, que los trabajos estaban bloqueados, se ordenaba que se recogieran todas las lonas.

«Mientras las obras se encuentren suspendidas no habrá emisiones de polvo y/o ruidos que atenuar con las mismas», alegaban desde Costas. «Solo se permitirá, en caso de necesidad justificada, la sustitución de dichas lonas mediante redes de seguridad que protejan de posibles accidentes, siempre que las redes a disponer no impidan por sí mismas la observación del edificio desde el exterior», añadían.

Mayo tocaba a su fin, y las obras pararían ipso facto. No pasó lo mismo con las lonas, que no comenzaron a retirarse hasta ayer por la mañana.

Con la ayuda de una cabeza elevadora empezaban los trabajos a primeras horas de la mañana, entre la sorpresa de los vecinos y los comerciantes de la zona. Para algunos -los menos, es verdad- simple y llanamente esto no era más una estrategia de la compañía para forzar al Gobierno central a que aligere su resolución.

Para otros, los más, las iras se focalizaban en Costas, organismo éste al que acusaban de ser el instigador de la retirada de la lona en plena temporada alta, dejando una imagen -la de la estructura del hotel- bastante cuestionable para una primera línea de playa en plena temporada alta.

No sólo eso. Interpretaban esta forma de proceder como que la firma parecía estar tirando la toalla con este proyecto que, desde el principio, se ha tenido que enfrentar a no pocos obstáculos, incluso judiciales.

En cualquier caso, vecinos y comerciantes no eran los únicos a los que este proceder tomó por sorpresa. El pasmo, no en vano, también llegó hasta Costas. Es verdad que la orden, desde el principio, era la que era: había que retirar la protección.

No obstante, con el paso de las semanas, y la llegada de la temporada alta, nadie había querido hacer sangre con este tema. No presionaron, porque entendieron que, a estas alturas del partido, manteniendo las lonas se minimizarían las molestias a vecinos, comerciantes y bañistas.

Sea como sea, el que se las promete como el culebrón de este verano en el litoral ilicitano aún no se ha cerrado. La Dirección General de Costas ya elevó hace unos días una propuesta de sanción por importe de 80.000 euros para los responsables de las obras del hotel de Arenales, cuyos trabajos de rehabilitación están paralizados desde hace casi dos meses.

Sin embargo, de momento, es sólo eso, una propuesta, a expensas de que la firma, como ya ha anunciado que hará, recurra. Con este escenario de partida, lo previsible es que la resolución final no esté hasta pasado agosto y que, por tanto, el bloqueo se mantenga como mínimo hasta después del verano.

Precisamente esos son los plazos que también se manejan por lo que toca al expediente que también abrió el Ayuntamiento de Elche, para esclarecer si la compañía también se extralimitó de la licencia de obras municipal y si el proyecto puede llegar a ser legalizable.