Para hablar del origen de este nuevo segmento de las gafas de sol en la ciudad de Elche, hay que poner el foco en los motivos que llevaron a los fundadores de Hawkers a comenzar a trabajar con este tipo de producto. El director general de la mercantil, Francisco Pérez, que forma parte de este grupo, comenta que algunos miembros de esta «startup», antes de ser Hawkers, se dieron cuenta de que las empresas para las que desarrollaban infraestructuras web de e-commerce rentabilizaban su inversión en muy pocos meses. Así que decidieron sumergirse en el mundo de la venta on-line. Su intención era lanzar una app parecida a la famosa Wallapop, en la que miles de personas venden y compran todo tipo de objetos. Pero necesitaban fondos para publicitarla y pensaron en algún negocio rápido que les diera liquidez. Tras un estudio de mercado, detectaron que en el campo de las gafas de sol había un monopolio liderado por un par de «players» italianos que tenían la propiedad de las marcas más poderosas y las licencias de firmas insignia de moda. Optaron por irse a San Diego (Estados Unidos), contactaron con la empresa de gafas Knockaround y comenzaron a distribuirla por España. Primero con una pequeña inversión de 300 euros. El asunto es que lo hicieron tan bien, a través de las redes sociales, que en pocos meses ya habían vendido más que los norteamericanos en mucho tiempo. Según dicen, la empresa matriz pasó a ser una especie de proveedor y al tiempo se quedó sin capacidad de suministrarles las unidades que necesitaban. Tampoco podían innovar. De ahí que montaran su marca.