Cada signo de transformación de los que han tenido lugar esta semana en la basílica de Santa María, de cara a los preparativos para las escenificaciones del Misteri d'Elx en agosto, ha sido un motivo de alegría porque revelaba hasta qué punto se acerca uno de los momentos más esperados por los ilicitanos y también por los visitantes.

Ayer ya se podía ver la pesada piedra que sobrevuela el Cadafal y que permite, como es tradicional, tensar la maroma para que esté lista a las fuertes tensiones que tendrá que soportar al tener que sostener distintos aparatos aéreos y varias personas en el plano horizontal de la basílica.

Este símbolo venía a certificar que prácticamente se ha completado la colocación de las tramoyas alta y baja.

Los trabajos se han acometido en apenas cinco días. Arrancaban el pasado lunes, con la instalación del Cielo, y de inmediato se procedía a montar las tribunas, el Cadafal y el Andador.

Esto provoca un transtorno en la rutina diaria del templo, pero tanto el arcipreste como sus feligreses lo asumen con agrado porque es para un fin más elevado, como es permitir que el Misteri d'Elx regrese, como cada agosto, al corazón y al alma del pueblo de Elche. La culminación en la colocación de estos elementos da pie ahora a que cantores y escolanos puedan protagonizar los últimos ensayos en su espacio natural.