El significado más humano y sentimental del retablo de los Papas Santos, que desde el sábado luce en el altar de San Juan en la basílica de Santa María, se destacó ayer en el acto de bendición de esta obra de arte realizada por el artista de Biar Vicente Esparza.

El obispo de la diócesis Orihuela-Alicante bendijo el retablo en una basílica con un gran número de fieles, y, en su intervención, destacó el significado de esta obra en unos momentos en los que tanta gente está sufriendo por los sucesos de Niza (Francia) y Turquía.

Murgui recordó el dolor de los últimos días en unos lugares, que comparten con Elche un mismo mar, recordó. «Hay gente con mucho odio y sin respeto a la vida, y frente a ellos estamos ante cuatro personas que hicieron todo lo contrario, entregar su vida por otros», expresó el obispo.

En este sentido, alabó a las cuatro personalidades plasmadas en la obra de arte: los papas canonizados en 2014 Juan XXIII y Juan Pablo II, «el papa bueno de la sencillez y la paz», y «un el enamorado de la Virgen», como, respectivamente, los definió; la madre Teresa de Calcuta, que ayudó a numerosos desfavorecidos; y el padre Kolbe, que dio su vida por salvar a un padre de familia en Auschwitz.

Además, también ensalzó la obra «preciosa, ya no solo por las figuras, sino por todo el conjunto», y tuvo palabras de agradecimiento para el artista, Vicente Esparza, quien, por su parte, expresó el reto y la satisfacción que le supuso el encargo del retablo.

La parte superior de la obra está dedicada al Misteri d'Elx y, durante el acto, niños de la Escolanía interpretaron sones del drama asuncionista.