Hamacas, toallas, alguna rebeca, sudadera o algo de abrigo para soportar la brisa nocturna del mar y, sobre todo, la cena, ya sea en forma de bocadillos o de comida para llevar comprada de camino a la playa. Este es el equipamiento de quienes el sábado por la noche acudían a la playa de Arenales del Sol a ver las proyecciones del Festival Internacional de Cine Independiente de Elche.

Una escena que se repetirá varias noches de esta semana. Y es que son muchos los que eligen ver los cortos en un ambiente relajado,en su toalla y en con la familia.

De hecho eso es lo que destacaba una de las espectadoras, Raquel Rey, que lleva los dos últimos años bajando de Gran Alacant a ver las proyecciones. «Es como un antiguo cine de verano. Puedes comer e incluso comentar la película con tus amigos», destacó.

Este ambiente es lo que atrae también a quienes acuden con niños a los cortos. Pueden entrar e irse cuando quieran. «Venimos del campo, traemos el bocata y cenamos aquí. Pero hay que venir preparado, con chaqueta, calcetines y toallas», apuntó Elia Dura.

La experiencia es un grado. Y esto se notó, la noche del sábado, con temperaturas por debajo de los 20 grados, según la Agencia Estatal de Meteorología, y la cercanía del mar, una prenda de abrigo ligera era lo que más echaron de menos quienes acudían por primera vez a las proyecciones en la playa.

Este era el caso de Isabel Calvillo, vecina de Torrellano y que asistía por primera vez a ver cine desde la arena. «He pasado un poco de frío, pero está muy bien la experiencia», comentó la ilicitana. También por primera vez acudía Javier Gómez, de Benidorm, que destacó que «el cine en la playa está mejor que en una sala», aunque también mencionó el frío.

Y es que la brisa nocturna se notó especialmente la noche del pasado sábado y aún más a medianoche, cuando terminaba la sesión.

«Vamos un poco disfrazados», apuntó Sergio Guillén, otro de los espectadores en referencia al atuendo de verano con sandalias y bermudas y la chaqueta con capucha que portaban él y su grupo de amigos, como otros tantos espectadores. No obstante, «está muy bien salir de la rutina y ver cine en este ambiente natural», señaló.

También el ambiente fue lo que destacaron Joaquín Bañuls y Libia Rodríguez. «Está muy bien porque puedes venir con tu bocadillo de lomo a cenar, y tienes espacio suficiente, ya que tampoco hay aglomeración de gente».

Las proyecciones de cortometrajes continúan hasta el jueves próximo, cada noche, a partir de las 22 horas, en el Hort del Xocolater y en la playa de los Arenales del Sol de Elche, además de en el aula de Cultura de la Fundación Caja Mediterráneo de Benidorm.