Técnicos del Ayuntamiento de Elche y de la Generalitat están trabajando para pedir próximamente al Ministerio de Trabajo que contemple, permita y proteja el tradicional oficio de palmerero en su concepción original.

Los responsables políticos ilicitanos, apoyados por los del Consell, quieren que estos profesionales puedan seguir trabajando en altura tal y como históricamente han hecho, y no que se les obligue a utilizar herramientas, homologadas para su propia seguridad, pero que no tienen nada que ver con la tradición.

El caso es que se va a pedir lo que el edil de Medio Ambiente. Antonio García, ha calificado como excepcionalidad cultural, para poder trabajar, pero «solo» en el Palmeral histórico, como se ha venido haciendo desde siempre y, de este modo, cumplir con la ley.

«Esto supone que se modifique el real decreto de poda en altura», declaraba el mencionado edil, antes de subrayar que se está trabajando para proteger el oficio de palmerero y que tenga «una cobertura cultural».

En el trasfondo de este asunto se encuentra el hecho de que, en materia de riesgos laborales, no está contemplado que se pueda subir a lo alto de la palmera solo con una cuerda. Es necesaria una equipación homologada.

Desde hace casi dos meses los empleados municipales han dejado de subir a aquellas palmeras que superan los cuatro metros de altura, precisamente por no estar homologada esa cuerda.

En mayo, la Asociación de Palmereros de Elche (Apelx) alertaba de que el colectivo veía amenazado el oficio por la falta de acreditación del sistema tradicional para escalar las palmeras. Se pedía el apoyo de la Administración local para legalizarlo, mientras que desde el seno del Ayuntamiento se daba a entender a la plantilla -unos 16, aunque apenas la mitad sube a las palmeras- que si les pasaba algo no tendrían casi ninguna cobertura.

A partir de ahí, al parecer, la gran mayoría ha dejado de trepar a aquellas de más de cuatro metros, al tiempo que vienen insistiendo en que se homologue la cuerda y, sobre todo, que les dejen trabajar.