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Las empresas de la provincia refuerzan su seguridad ante el espionaje industrial

Coepa remitirá una circular a sus asociados para que sean cautos y protejan sus creaciones

Un trabajador en una fábrica de calzado, en Elche Parque Empresarial, en la pedanía de Torrellano. SERGIO FERRÁNDEZ

Empresas de la provincia, sobre todo de calzado, química y software, están reforzando su seguridad ante casos de espionaje industrial, los cuales, cada vez más, pasan por hacer uso de las nuevas tecnologías para tener acceso a las ideas, diseños y proyectos.

Expertos alertan incluso de que el espionaje industrial está siendo cada vez menos presencial, es decir, a la antigua usanza, y, por el contrario, está aumentando a través de internet y mediante el hackeo a distancia de los ordenadores de las compañías.

Bufetes de abogados especializados en propiedad industrial han notado cómo en los cinco últimos años vienen aumentando en la Comunidad Valenciana las peticiones de lo que se denomina auditorías de secreto industrial, para establecer barreras con el fin de asegurar y proteger la cadena de valor.

«El espionaje industrial es una realidad», avisa Enrique Martín, socio de Ibidem Law&Strategy, bufete experto en estas cuestiones con sede en Elche Parque Empresarial, polígono industrial desde donde una empresa de calzado acaba de lanzar un aviso al resto de mercantiles del entorno y a la patronal zapatera al tener constancia de que personal ajeno a su firma se introdujo el pasado mes de junio en una de sus naves para recabar información de su producción.

El capital intelectual puede protegerse mediante el registro o mediante el secreto. La oficina europea de patentes está en Munich, pero se puede optar por una protección solo de ámbito nacional acudiendo a la Oficina Nacional de Patentes y Marcas.

Otra cosa es proteger las marcas, dibujos y diseños, trabajo que realiza en Alicante la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (Euipo), que es donde acuden muchas firmas de calzado de la provincia precisamente para asegurar sus creaciones de cara a las exportaciones.

Más allá de la patente

«Con la ley de patentes queda perfectamente protegida la invención, pero, cuando uno tiene un secreto, este dura tanto tiempo como lo puedas mantener, y las empresas no están tomando medidas para proteger ese secreto. Es este secreto el que está siendo atacado, y no por detectives, porque los bufetes que se dedican a esto trabajan con ellos y no para generar espionaje industrial, sino para acreditar la existencia de falsificaciones», añade Enrique Martín.

Asimismo se advierte que el espionaje industrial es infinitamente más fácil hackeando la red. «Son más habituales las intromisiones ilegítimas en las redes informáticas que el hecho de que un detective pueda entrar sin ningún permiso en una instalación», añade el citado experto.

Ante ello se recomienda proteger ese conocimiento con medidas concretas: empleados, que firmen pactos de confidencialidad y de no competencia; no permitir el acceso arbitrario a determinados ordenadores sensibles; o contratar empresas de destrucción segura de datos y documentos.

Auditorías especiales

Es aquí donde tienen lugar las auditorías de secreto industrial. Las empresas compiten ahora con activos intangibles, como el diseño y la marca, y hay que conocer quién los crea, cómo se manipulan y a quién se trasladan. Identificar todos los secretos comerciales de una empresa y establecer medidas para su protección, tanto legal como contractual, es parte del cometido de esas auditorías de secreto industrial.

Con este panorama, el presidente de la Confederación Empresarial de la Provincia de Alicante (Coepa), Francisco Gómez, anunciaba ayer su intención de que desde esta entidad se lance próximamente una circular para que los negocios extremen sus precauciones ante el espionaje industrial.

«Vamos a hacer un llamamiento al empresariado provincial para que controle la protección de su marca y la proteja. Es algo muy importante», apunta el presidente de la patronal alicantina.

Mientras, desde la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) de la provincia, su dirigente Cristóbal Navarro, pese a señalar que no tenía constancia de que se hubieran incrementado este tipo de casos -«por cuanto lo normal es que se acuda a los tribunales»-, instó precisamente a ello y a no dejar de lado la herramienta de la protección del producto o el intangible. «Hay que denunciar siempre. Hay que hacer valer los derechos de propiedad intelectual e industrial y para ello hay que seguir los pasos legales», declara Navarro.

Desde Avecal, su máxima responsable, Marian Cano, recuerda que las empresas zapateras son las primeras que están preocupadas en proteger sus diseños. «El diseño, la marca... Son de lo que más se cuida, porque es el valor de la empresa», subraya la dirigente de la patronal valenciana zapatera.

Coepa calcula que hay unas 135.000 empresas en la provincia, pero que solo unas 40.000 presentan en realidad actividad y trabajadores contratados.

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