Un conjunto de curiosas casualidades han motivado que tres palés repletos de juguetes viajen, en los próximos días, de una nave industrial de Elche a un campamento de desplazados situados en el norte de Siria denominado Al-Rahma, en el que se encuentran más de 500 familias de Alepo y en el que está empezando a funcionar el colegio Amal, que significa esperanza en sirio.

Esta bonita y solidaria historia arranca en un punto de recogida de productos sanitarios que colocó la Plataforma de Ayudas a Personas Refugiadas de Elche en una farmacia de Altabix. Casualidad que la pareja de una de las trabajadoras es copropietario de una empresa ilicitana de proveedores, Salidul, que actualmente se dedica a la venta de golosinas y antes estaba más orientada al juguete. Casualidad también es que, de aquella época, tenían acumulados en una nave treinta palés repletos de juguetes a los que no acababan de darle salida. «Este empresario, que se llama Aurelio Delicado, pensó que qué mejor salida que entregárselos a niños que no lo están pasando muy bien», relata la voluntaria que colocó este punto de recogida en la farmacia y cuando regresó le preguntaron si necesitaban juguetes. «Al principio, creía que serían unos pocos, pero cuando me hablaron de palés aluciné», añade.

Según esta voluntaria ilicitana, la primera carga -10 palés- la realizará la empresa de transporte SEUR esta tarde a través de su fundación hasta Madrid, donde recepcionarán los juguetes la Asociación de Apoyo al Pueblo Sirio (APPS), que gestionará el envío al campamento.

El coordinador y uno de los fundadores de la Plataforma de Ayudas a Personas Refugiadas de Elche, Matías Andrade, se encuentra actualmente en los campamentos griegos para conocer, de primera mano, las necesidades de los desplazados.