Las pinadas de Arenales del Sol, La Marina, El Carabassí y El Altet llegan a la temporada alta con escombros, árboles secos, basuras y riesgo de incendio permanente. La situación no es nueva para los vecinos de estas áreas, que vienen reclamando desde hace años medidas de mantenimiento para sus zonas naturales sin que las vean resueltas. El balance en común de los habitantes de la costa ilicitana: «Las pinadas están fatal».

Desde la asociación Dunass, que agrupa a vecinos de El Altet y Torrellano, Lidia Soler, denuncia que el acceso a las pinadas públicas está lleno de basura. Además, se queja de que la parte que linda con el Fondet de la Senieta debería cuidarse, pues presenta cristales y árboles muertos y podría desencadenarse un incendio con las altas temperaturas. Y es que, recuerda, la zona en verano siempre presenta riesgo por fuegos según las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). La representante de los vecinos declaró que «deberían poner un escuadrón de limpieza constante. No han actuado nunca a fondo al respecto».

Vecinos y el alcalde pedáneo del área, Ángel Soler, se reunieron ayer por la tarde para sentar las bases de cómo actuar ante lo que consideran una dejadez del Ayuntamiento en sus labores de limpieza y de consecución de grandes proyectos para el área como el carril bici de El Altet. Acordaron formar una mesa de trabajo que se dará a conocer próximamente.

Mamen Bellot es presidenta de la asociación de vecinos La Marina Espai Natural. Opina que carecen de un servicio de mantenimiento y deberían destinarse patrullas de limpieza para la zona de forma habitual. A Bellot le preocupa que la pinada está compuesta por árboles de más de cien años que no han sido podados nunca, salvo una vez por personal de Medio Ambiente del nuevo Consell. Cree que nunca ha existido una correcta conservación del área y que la poda fue una pequeña anécdota. Lo más preocupante para Bellot es «la falta de civismo. La gente sigue aparcando dentro de la pinada aunque no está permitido. Además, la han convertido en un urinario público. Hay restos de papeles por todos lados». Para la representante vecinal, sería ideal que hubiera un cambio en el uso y concepto de la pinada. Le gustaría que la gente dejara de acudir de forma puntual y que se convirtiera en sitio de referencia para los vecinos donde los menores, desde pequeños, aprendan a jugar y a disfrutarla para que cuando crezcan la vean una parte imprescindible de su ocio y sepan respetarla.

Y es que para Bellot «la Conselleria es responsable del mantenimiento pero es tarea de todos que esté limpio y cuidado».

De cara al verano los residentes ven acentuadas las molestias por el aumento del uso de las zonas y reclaman medidas efectivas de las instituciones.