Como buen investigador, lo primero que quiere hacer Miguel Pérez Blasco es un estudio en profundidad sobre los museos municipales que se ponen bajo su mando. Su idea es detectar qué tipo de público acude a estos centros, con el fin de afianzarlo, y de cuál carece, para buscar fórmulas para captarlo. «Hay que conseguir que todo el pueblo ilicitano conozca el patrimonio tan rico del que dispone», indica.
Se pone al frente de los museos ilicitanos dos meses después de que fuera nombrado Paco Escudero como coordinador de los mismos. ¿Ya saben cómo van a organizar su gestión?
A veces da la sensación de que hay demasiadas personas con cargos de responsabilidad, pero hay que tener en cuenta que otros museos, de una envergadura media, llegan a tener entre 10 y 12 técnicos haciéndolos funcionar. Si eso los extendemos a todos los museos municipales y a los que el Ayuntamiento está vinculado de manera parcial, la cosa se hace mucho más complicada. Yo me voy a centrar, sobre todo, en los de ámbito municipal, como son el Museo de Arqueología y de Historia (MAHE), el de Arte Contemporáneo (MACE), el del Palmeral y el de la Fiesta. Estableceré mi centro de operaciones en el MAHE que es, sin duda, el que más trabajo da. El coordinador de museos se encargará más de las relaciones que podamos establecer con otros museos de la ciudad semipúblicos o privados, y de la generación de actividades.
Y esas relaciones... ¿Se van a dar con museos de fuera de las fronteras ilicitanas?
Sin duda. Mi intención es volver a retomar los nexos con museos tanto del resto de la comarca como de la provincia. Cuando se jubiló Rafael Ramos se perdieron muchos puentes que se habían tendido con centros expositivos tan importantes como el Museo Arqueológico Provincial de Alicante (MARQ) y creo que es hora de volver a reforzarlos. Y no sólo con éste, sino también con el de Elda, Guardamar, Orihuela, etcétera.
Se le observa un afán muy colaborativo. ¿Las universidades resultarán favorecidas por este talante?
Por supuesto. Quiero que los museos sean lo más participativos posibles y que cuenten con mucha colaboración de las dos universidades cercanas: tanto la de Alicante como la Miguel Hernández. También darle mucha visibilidad a las investigaciones que se hacen dentro de ellas. Pueden ser una buena manera de nutrir nuestra oferta expositiva. Asimismo, pretendo establecer relaciones con la UNED, que cuenta con un aula de arqueología.
Asegura que piensa pedirle consejo a Rafael Ramos, su antecesor. ¿Qué opinión le merece la gestión que él llevó a cabo?
Su papel fue brillante y muy meritorio. Logró con su trabajo convertir el MAHE en un centro de referencia a nivel nacional. De hecho, consiguió, a mediados de los noventa, convertirlo en sede del congreso nacional de arqueología, lo cual es uno de mis objetivos a largo plazo.
Y también fue uno de los que, junto al Ayuntamiento, peleó porque la Dama, aunque fuera por un corto periodo de tiempo, volviera a su ciudad natal. ¿Qué piensa usted sobre este asunto?
Está claro que hay diferentes opiniones alrededor de este tema. Por ejemplo, Lorenzo Abad, catedrático en Arqueología de la Universidad de Alicante (UA), dijo hace poco, durante la presentación de un libro, que se trata de un tema peliagudo y que lo mejor es traerla de forma periódica. Una postura que choca con lo que dice el director del yacimiento de La Alcudia, Vicente Ramos, que está más por la labor de que Elche recupere el busto. Yo soy simplemente un técnico y mi función es tener el MAHE preparado para acogerla tanto si viene de manera temporal como permanente. Sé que la Conselleria creó una comisión para estudiar su llegada a nuestro museo. Pienso que es el primer paso que había que dar y que tendremos que estar pendientes de lo que vayan decidiendo.
Y hablando de Elche ¿qué le parece la situación en la que se encuentran los Baños Árabes, con respecto a la posible construcción del nuevo Mercado?
Lo que me tranquiliza, con respecto a lo que ya se ha excavado, es que todas las partes están por la labor de protegerlo. Dada mi formación, yo siempre seré partidario de conservar el patrimonio y entiendo que eso es algo que tiene que ir de la mano del desarrollo de una ciudad.
Usted ha participado en el montaje de exposiciones tanto en el MARQ como en el Museo de la Ciudad de Alicante (MUSA). ¿Cree que hay que modernizar el discurso expositivo en los museos de Elche?
España es un país referente en innovación tecnológica en materia de museos. El problema de la tecnología es que tiene un periodo de obsolescencia muy corto y unos precios muy altos, por lo que no es algo que deba obsesionarnos demasiado. Es decir, hay que ir ponderando y detectar exactamente qué es lo que realmente necesitamos, ya que los recursos económicos con los que contamos no son ni mucho menos desorbitados. Quizá con elementos más sencillos consigamos un producto igual de atractivo. Por ejemplo, en ciudades anglosajonas se está utilizando mucho lo de las visitas teatralizadas, con lo que obtienen muy buenos resultados. En España comienza a usarse este concepto y no estaría mal exportarlo a nuestros museos.
¿Y le va a quedar tiempo para seguir investigando con tanto museo por gestionar?
Bueno, tengo un horario y en mis ratos libres no pienso perder mi pasión por las investigaciones y las excavaciones. Estoy limando mi tesis sobre cerámica ibéricas figuradas. Revisaré bien las joyas cerámicas que hay en los fondos del MAHE, pero no me voy a olvidar en poner el foco en otras etapas de Elche, como la islámica, la medieval, etcétera. Sin duda, esta ciudad, por su historia, tiene infinitas posibilidades.
