Por qué llamarlo organización de la jornada escolar en lugar de jornada continua. La cuestión es llenar nuestro lenguaje de eufemismos y confundir a los padres. Para así, generar más inquietudes y recelos. Aparentemente no existe diferencia. La esencia radica en la obligación de los centros en permanecer abiertos hasta las 17.00 horas y con una oferta innovadora de actividades extraescolares para los alumnos. Pero, la cuestión es, que la Conselleria de Educación ha decidido dar pista libre a que maestros y familias en última instancia, decidan a qué hora pueden acabar la jornada escolar sus hijos.

Este aspecto es muy positivo, pues por fin, podremos acercarnos un poco más a la llamada conciliación familiar-laboral. Pues, actualmente es poca, o nula, en la mayor parte de los casos. Puede que una vez más, la educación, tenga que dar un paso hacia delante para que las empresas se conciencien de que: la permanencia en el lugar de trabajo no asegura la productividad.

Hace pocos días se publicó la normativa que regula el proceso para implantar la jornada continua en nuestros centros. Publicada a trote moche y a falta de unos días para acabar el curso escolar. En general nos gusta funcionar así, sin sosiego, sin reflexión y lo más importante sin tiempo de reacción. Qué bonito hubiera sido trabajar de forma conjunta con la Conselleria de Educación, trabajando a conciencia, durante el curso, estableciendo objetivos comunes, con equipos de trabajo. Como siempre, nos dejan con el culo al aire, ¿quieren jornada continua? Que se la guisen y se la coman; padres y docentes. La Conselleria no tiene dinero y nuestro Ayuntamiento tampoco. Aquí tenéis la normativa, podéis contar con la voluntad del docente, cualquier asociación, entidad, ayuntamiento o padres. Pero mi implicación económica es nimia. ¿No te he dado lo que querías?

Espero que las aprueben todas en masa, porque la responsabilidad es nuestra una vez más. De defenderlo y de sufragarlo.

Esta forma de funcionar hace que una vez más tengamos lo que nos merecemos. Poco respeto y críticas por doquier.

Pese a las trabas y dificultades del nuevo plan de organización de la jornada escolar, nuestras inquietudes y motivaciones como docentes y como padres no deben flaquear. Sin duda estoy a favor de esta flexibilización de horarios. Pese a las dificultades, pese a las teorías a favor y en contra de su implantación, creo que es el camino que debemos seguir. Un pequeño paso para el hombre pero un gran paso para la humanidad.

La escuela no puede quedarse al margen de esta sociedad que no deja espacio para la familia. Este tipo de organización permitirá a las AMPAS participar de una forma activa en la educación de sus hijos. Pero no sólo ellas, el ayuntamiento deberá reajustar sus partidas presupuestarias. Pues me parece increíble que existan pueblos pequeños que se impliquen y paguen las actividades extraescolares y en nuestro caso. Como somos muchos centros. ¡Perdona! ¿En qué os gastáis el dinero? Creo que ya lo sabemos todos.

Es el momento de que exista una implicación por parte de fundaciones que se han ido implantando en Elche, del tejido empresarial, entre otras, y que arrimen el hombro para que los alumnos de esta ciudad tengan lo que se merecen. Una sociedad entregada a la educación. Citando a Marina, para educar a un niño hace falta la tribu entera.

La nueva organización no libera al maestro de horas, y va a trabajar menos. Este es un lastre que pagaremos de por vida. El maestro también quiere conciliar más, este es el camino, no seamos injustos. La nueva organización puede generar un cambio y permitirá a la manada educar al niño. De forma integral y sin discriminaciones por condición social.