Los campings de la provincia de Alicante confían en poder batir en 2016 la cifra nunca alcanzada de cuatro millones de pernoctaciones al año, consolidando así una recuperación muy esperada y trabajada.

Y es que este sector vive un momento dulce después de haberse obligado, como otros muchos negocios, a transformarse y a innovar con motivo de la crisis, además de haber aprovechado la oportunidad de adaptarse a la normativa europea para reforzarse y ampliar sus servicios y, sobre todo, no tirar la toalla de una aventura que suele ser eminentemente familiar.

Juan Delgado, presidente provincial de la Asociación de Campings de Alicante y, a su vez, de la Comunidad Valenciana, apunta que, si el año pasado fue un año muy bueno, con un crecimiento del 12,65%, en el presente ejercicio confían en que el aumento pueda ser igual o incluso mejor. De momento, en el primer trimestre ya han experimentado un tirón del 6%

«Desde 2013 estamos remontando el vuelo después de la crisis. Llevamos tres años de subida», apunta Delgado, quien remarca que en 2015 faltaron 20.000 pernoctaciones para alcanzar los cuatro millones.

Por eso creen desde la asociación que 2016 será histórico, de manera que puedan dejar muy atrás los 2,8 millones de pernoctaciones que registraban en 2002 y los poco más de tres millones en los largos años de la crisis.

La provincia cuenta con 38 establecimientos -unos 34 están asociados-, lo que arroja un saldo de 9.561 parcelas y aproximadamente 28.000 plazas.

Este negocio en la provincia da trabajo a cerca de medio millar de personas, aunque esa cifra suele doblarse en época estival, todo ello sin contar con los puestos indirectos que genera.

Paradójicamente, muchos de los campings de la provincia hacen su agosto en invierno. De hecho, las numerosas empresas que prestan distintos servicios a los hoteles en la temporada alta de verano pueden mantenerse en los meses más fríos gracias a la demanda de estos campings.

Pocos saben por otra parte que la provincia es la tercera de España en cuanto a ocupación. Girona y Tarragona -esta última con más de 15.000 parcelas y cinco millones de pernoctaciones- adelantan a la alicantina, aunque no todos los récords quedan en territorio catalán.

Así por ejemplo, los campings de la provincia son líderes absolutos cuando se habla de estancias medias: casi 14 días. Castellón es la segunda provincia en este ranking, pero se sitúa lejos, con casi 8 días.

No estamos tan lejos

«Sólo el 2% de la población española es campista. En Francia se calcula que el 9-10% lo es, mientras que en Holanda el porcentaje es del 20%. Nos queda un recorrido importante en nuestro país», reflexiona el presidente provincial y de la Comunidad, quien, por otra parte, cree que ya no queda un camino imposible por recorrer y que en los próximos dos o tres años Alicante puede igualar o superar los datos que se están obteniendo en las provincias catalanas si se hacen las cosas como hasta ahora.

Y eso significa innovar continuamente, ampliar la cartera de servicios, ofrecer mayor calidad, precios competitivos y seguir sorprendiendo al cliente.

En este sentido, cabe recordar que la categoría de los campings se mide como los hoteles, por estrellas, y que incluso algunos de estos establecimientos han evolucionado tanto que son ya auténticos resorts, donde las palabras camping y lujo pueden ir perfectamente de la mano.

Bungalows casi balineses, shows y animaciones infantiles y deportivas, parques acuáticos, espacios para mascotas, spa y zona de relax, eventos para empresas, piscinas y lagos grandes, wifi gratis o alquiler de bicicletas han empezado a multiplicarse en este tipo de establecimientos. No en vano se empieza a hablar de «glamping», fusión de las palabras glamour y camping.

Mientras la inmesa mayoría de clientes suelen ser extranjeros, estos establecimientos pensados tanto para parejas, como familias con niños, tratan de potenciar el cliente nacional y, en este sentido, uno de los productos que viene funcionando muy bien son los bungalows, pero también tiendas que no están reñidas con el lujo.

Junto a ello sigue existiendo la demanda de la habitual caravana y autocaravana, así como plantar la económica tradicional tienda de campaña, por lo que el espectro de previos es muy variado y accesible.

Lo cierto es que los campings desestacionalizan el turismo y, en la zona de Benidorm, por ejemplo, en enero y febrero estas instalaciones no tienen apenas hueco, mientras que abril y mayo suelen ser los meses más flojos.

En estos momentos, los fines de semana se vienen demandando en una parte cada vez más extensa del año, y el usuario se fija en que el establecimiento cuente con servicios que para nada tienen que envidiar al hotel más lujoso. Así las cosas, el éxito de los campings parece garantizado en los próximos años al haber sabido adaptarse a las nuevas demandas de toda la familia.