La supervivencia de muchos animales silvestres depende, en gran medida, del esfuerzo de los colectivos de cazadores colectivos de cazadores que durante todo el año proporcionan bebida y alimento a especies que difícilmente sobrevivirían en entornos donde no llega el agua de forma natural. Este es el mensaje que lanzan desde el Club de Cazadores de Elche que estos días se ha encontrado destrozadas gran parte de las infraestructuras que tienen en un coto de caza ubicado en Peña de las Águilas.
El presidente del Club de Cazadores de Elche, José Morant, explicó que «durante las últimas semanas hemos detectado la presencia de personas que circulan con bicicleta por sendas ilegales y que, como están en contra de la caza, han destrozado los comederos y bebederos que mantenemos durante todo el año».
José Morant aseguró que «una de las consecuencias de estos actos vandálicos, además de las económicas, es la muerte de crías de perdices que se han quedado sin agua hasta que nos hemos dado cuenta de los destrozos».
El colectivo de cazadores ilicitano ha presentado denuncia ante la Policía Nacional y la Guardia Civil, después de percatarse del destrozo de majanos, que son las infraestructuras valladas artificialmente para propiciar la cría de conejos. Además, han denunciado el destrozo de comederos de plástico, y de bebederos de obra que estaban conectados a bidones de agua por gomas.
«Lo han destrozado todo, hasta han arrancado las gomas, dejando a los animales sin agua», explicaba José Morant mientras revisaba una de las zonas afectadas por los actos vandálicos.
Además, aseguró que han doblado e intentado arrancar señales de coto y de propiedad privada. «Pensamos que son algunos ciclistas que pasan por sendas ilegales y lo hacen todo polvo, porque no hay vigilancia», apostilló el presidente del Club de Cazadores de Elche.
Y es que Morant explicó que, «antes de que se produjesen los destrozos, hemos tenido algún conflicto con personas que pasaban por el coto mientras cazábamos, y, después, hemos sufrido amenazas en las redes sociales, que también hemos denunciado ante la Policía Nacional».
Los cazadores lamentan que «después de todo el coste económico que supone para nosotros la caza, y el trabajo con el que contribuimos a mantener el ecosistema, nos encontramos con amenazas y el destrozo de las instalaciones». El colectivo estima que la reparación de los desperfectos ocasionados tendrá un coste cercano a los 3.000 euros.
