Sirven para desconectar de las obligaciones y rutinas del día a día, y en ellos siempre se aprende a hacer algo nuevo y útil. De ahí que tengan tanta aceptación, y que exista una larga lista de espera. Los talleres que se llevan a cabo en los centros sociales de Elche están cada vez más de moda. En el último curso, que se cerró ayer con una jornada de demostraciones en el Centro de Congresos, han participado más de 4.000 vecinos y vecinas del casco urbano y las pedanías, la mitad de los inscritos, ya que se interesaron en ellos más de 8.000 personas.

«Es una actividad que nos mantiene activos y nos ayuda a desconectar», explicaba ayer Mari Carmen Martínez, que este año ha participado en un taller de pintura en el centro social del Sector V. Junto a ella, Ana Isabel Huerga, que acude al centro social de Carrús, decía que «vamos un día a la semana, y, si pudiesen ser más, iríamos sin pensarlo. Lo pasamos muy bien».

La demanda de este tipo de iniciativas es tal que el alcalde de Elche, Carlos González, aseguró ayer que «vamos a estudiar la ampliación de los talleres de forma seria, para dar mayor servicio a los vecinos ante la alta demanda existente». En la actualidad, el Ayuntamiento ilicitano destina unos 200.000 euros, con los que se sufraga el 100% del coste de las actividades que se imparten en los centros sociales de todo el término municipal.

Entre los talleres que se realizan destacan los de mejora de memoria, gimnasia para mayores y yoga. No obstante, también tienen una excelente aceptación los de bailes de salón, pintura, manualidades y reciclado, teatro, guitarra, bolillos, costura, iniciación a la fotografía, lectura o palma blanca, entre otros.

Hasta la fecha, la forma de acceder a estos talleres si había exceso de demanda era por sorteo. Sin embargo, para el próximo curso, que empezara en septiembre, se va a estudiar una nueva fórmula para que se beneficien primero los vecinos que lo necesiten para mejorar su salud y bienestar.

Y es que los talleres sociales también constituyen una herramienta de integración social. Conchi Ruz indicaba ayer que «he participado este año por primera vez en el taller de manualidades y reciclaje, y me ha gustado mucho la experiencia». Esta mujer destacó que «me costó mucho entrar, y, por eso, son muy estrictos a la hora de justificar las no asistencias, porque hay mucha gente en lista de espera».