Los dos bandos con los que tiene que lidiar la Concejalía de Aperturas de cara a redefinir algunas de sus principales ordenanzas son, por un lado, los vecinos y, por otro, los locales de restauración y de ocio nocturno. Dos agrupaciones que representan a cada frente, con posiciones hasta ahora bastante contrarias, tienen previsto reunirse en breve para pactar propuestas de modificación sobre reglamentos municipales como el de Actividades Económicas -que regula las terrazas- o el del Ruido. El objetivo es claro: buscar puntos de encuentro que, a la vez que preservan el descanso de los propietarios de las viviendas, permitan que los hosteleros revitalicen la oferta gastronómica y de ocio de una ciudad que aspira a potenciar, cada vez más, su dimensión turística.
Ha sido la Asociación Empresarial de Restauración y Afines de Elche (Aserae) la que ha solicitado este encuentro con la de Afectados por el Ruido. Un marco de diálogo que, según representantes de ambas asociaciones, no se había producido hasta la fecha.
La presidenta de la Asociación de Afectados por el Ruido, Mari Luz Costa, explica que hace dos años trataron de sentarse con otra asociación de hosteleros, «y el propio Consistorio nos denegó la posibilidad de utilizar un local municipal como marco imparcial». Costa celebra que se haya generado una nueva posibilidad de reunión y añade que «primero tendré que ver con mis asociados qué posicionamiento tomamos en esta mesa de negociación con los hosteleros». De momento, según su criterio, existen una serie de claves básicas para que la convivencia funcione. La importante, para ella, es sencilla: «Que se cumpla lo que ya existe». Desde su punto de vista, la Administración local debe ejercer un mayor control sobre los locales de ocio para que nadie se salte los horarios de cierre, los niveles de ruido o los lugares de colocación de las mesas y las sillas en la calle. «Asimismo, también solicitamos una mayor implicación por parte de los propietarios. Queremos que sean ellos mismos los que asuman responsabilidad en asuntos como el del ruido y que no permitan que sus clientes, con tal de que consuman, puedan hacer lo que quieran cuando entran en sus locales», detalla la presidenta del colectivo.
Mari Luz Costa también considera que hay aspectos de las ordenanzas de Aperturas que son necesarios limar, como el horario de recogida de las mesas. «Es muy común que a altas horas de la madrugada se pongan a recoger terrazas y eso hace un ruido que no deja dormir a gente que se tiene que despertar a las seis de la mañana. Se podrían buscar alternativas», recalca.
El secretario de Aserae, Julio Giménez, confía en que puedan llegar a terrenos intermedios con la Asociación de Afectados por el Ruido. En su opinión, los problemas que los confrontan «no se solucionan recortando los horarios de cierre, como se ha propuesto en alguna ocasión desde el sector vecinal. Yo abogo más por potenciar que cada hostelero controle lo que pasa en su local y que tenga más conciencia social», defiende.
En opinión de Giménez, «hay países en Europa en los que ves a gente tomando copas en la calle hasta altas horas de una manera cívica y calmada, sin provocar ningún tipo de conflicto con los vecinos. Hacia eso hay que tender. Y para conseguirlo necesitamos un trabajo de todos, tanto de los empresarios como de las administraciones públicas, e incluso de los propios usuarios», dice.
El concejal de Aperturas, Carlos López, afirma que si ambas asociaciones llegan a puntos comunes y les proponen modificaciones conjuntas «a nosotros nos facilita mucho más el trabajo, ya que cuando se desarrollan mejoras en estas ordenanzas siempre hay una de las dos partes que se siente desfavorecida». Sobre todo, cuando están en fase de desarrollo de nuevas normativas municipales, como la que regulará las actuaciones de pequeño formato en locales del casco urbano.
