Todo el mundo, medianamente informado, sabe del tabaco y de sus efectos dañinos para la salud en las personas que lo fuman. Pero lo que ya menos personas conocen es que el tabaco también tiene un uso en la agricultura y en la ganadería, por sus efectos como insecticida, fungicida y fertilizante, 100% orgánico.

Y así, ocurre que hay empresas que se dedican a la preparación de tabaco en polvo para comercializarlo como producto fitosanitario. Es el caso de la empresa que dirige Jesús Guirau en Elche dedicada a esta actividad. «Lo primero que hay que aclarar es que la materia prima con la que nosotros trabajamos, hoja de tabaco y residuos de tabaco, entre otras plantas, no son en absoluto aptas para el consumo humano. Es más, si alguien quisiera fumárselo con seguridad requeriría de asistencia sanitaria», afirma Guirau.

Y es que, a lo largo de los años se ha extendido el uso del tabaco al saberse de su efectividad como insecticida agrícola y esto se debe precisamente a la presencia de nicotina en la planta. Para ello se pueden aprovechar el polvo y los restos de la planta. Obviamente, en la empresa de Jesús Guirau, se manipula y procesa este tabaco y, según los casos, se combina con otras plantas hasta conseguir tabaco en polvo 100% producto orgánico listo para su uso como insecticida y fertilizante. «El tabaco en polvo es un excelente abono orgánico así como un producto repelente 100% natural contra las plagas. Pero también es un producto insecticida, acaricida y fungicida ya que se ha comprobado experimentalmente que la nicotina, su principio activo, es tóxico para una gran variedad de insectos, a los cuales mata por contacto», explica de forma pormenorizada Guirau.

Los entendidos en la materia indican que a la hora de aplicar el producto se emplee 1 kilo de tabaco en polvo por cada 100 litros de agua. Si la plaga es persistente se puede doblar la dosis diluyendo 1 kilo por cada 50 litros de agua.

Una operaria provista de mascarilla rellena bolsas con el producto final. Sergio Ferrández

Modo de uso

Los plaguicidas naturales son una opción barata y más segura que los que incorporan productos químicos. «De hecho, se ha comprobado que ya hay plagas resistentes a dichos productos químicos. Es parecido a lo que ocurre con algunas bacterias que se han hecho resistentes a los antibióticos por el uso abusivo de los mismos», apunta Guirau, que añade que para él «el uso de plaguicidas naturales, no es algo anticuado, aunque muchos agricultores actuales se sorprenderían de saber que sus padres y abuelos ya usaban el tabaco en polvo con este fin. Pienso que, por el contrario, usar estos productos orgánicos 100% es una utilización inteligente de los recursos naturales de que disponemos», culmina el empresario Jesús Guirau .