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Mónica Carrillo: «El sentido del humor es realmente una cosa muy seria»

La ilicitana departirá hoy con los lectores de «Olvidé decirte quiero», su última novela

La escritora y periodista ilicitana Mónica Carrillo, que hoy firmará ejemplares de su libro en Elche.

Esta escritora ilicitana asegura que padece de una especie de «incontinencia comunicativa». Le encanta contar, ya sea a nivel informativo, a través de su rol de periodista; o de ficción, con sus novelas o microrrelatos en redes sociales. Hoy firma ejemplares en El Corte Inglés de Elche, a partir de las 19 horas, de su última novela «Olvidé decirte quiero», una historia intimista y sensual que plantea el repaso que hace una mujer de su vida y de las conversaciones, algunas de amor, que dejó pendientes.

«Olvidé decirte quiero» (Editorial Planeta) es la última novela de Mónica Carrillo, pero también fue su gran excusa para escapar, en varias ocasiones, a su ciudad natal, Elche, en la que encontró la tranquilidad para esculpir esta poética y divertida historia sobre la que podrá departir hoy con sus lectores en El Corte Inglés.

«Me llamo Malena, y es posible que muera hoy». Así empieza su libro, que se promociona como una historia cargada de buen humor. Un poco contradictorio, ¿no cree?

La situación que presento, desde el principio, es crítica y dramática. No sabemos si finalmente la protagonista va a sobrevivir. Pero realmente era la excusa para forzar que Malena realizara un repaso de toda su vida. Especialmente, de sus relaciones afectivas, algunas más nocivas y otras más gratificantes. A eso le añado un toque de humor, ya que, aunque lo cuento en primera persona, incluyo a otra conarradora, que es su perra Mía, que aporta una visión mucho más canalla y gamberra de las aventuras y desventuras vividas por la protagonista.

Sin duda, los españoles somos especialistas en reírnos de nuestras propias miserias...

Para mí el sentido del humor es fundamental. Me ayuda a desdramatizar. Creo que es una manera inteligente y saludable de entender la vida. Y no hablo de banalizar las cosas. Para mí, el sentido del humor realmente es una cosa muy seria. Es importante que nos acompañe para aceptar, por ejemplo, las críticas que nos puedan llegar a hacer desde fuera.

Desarrolla un análisis pormenorizado de las relaciones sentimentales, de cómo a veces nos convertimos en víctimas de ellas mismas. Incluso también profundiza en su lado más sensual y erótico...

Este libro no tiene vocación de libro de autoayuda, pero sí es cierto que algunos lectores me han dicho, tras leerlo, que han recogido alguna que otra idea para sus historias personales. Al final, las emociones son el hilo conductor de todos los seres humanos. Sobre ese lado más sensual, puntualizo que no es una novela erótica, pero sí requería algún pasaje que reflejara momentos de pasión que Malena recuerda con alguno de sus ex. De una manera tan natural como cuando rememora la ausencia de su abuela.

Y, con la reconversión mediática digital, ¿seguirá encontrando tiempo como periodista para escribir novelas?

Por supuesto. Es cuestión de organizarse. De renunciar a cosas. Sobre todo a las de ocio. Aunque sí es cierto que ahora estás mucho más enganchado a la actualidad. Prácticamente las 24 horas, ya que llevas un ordenador en el bolsillo. A mí me parece fascinante este momento. La revolución digital es verdad que tiene algunos peajes, pero debemos sacarle el lado positivo porque lo que está claro es que no hay marcha atrás.

Alguna vez ha mostrado su preocupación, como periodista y como persona, por el problema de los refugiados. ¿Qué le pareció la presión que se realizó desde Elche para que la familia de Osman llegara a España?

Para mí fue un auténtico orgullo. No podemos consentir el trato inhumano que se le está dando a una serie de personas que están escapando de un conflicto. No sé la solución, pero tengo claro que no pasa por mirar hacia otro lado. Temo que Europa, si sigue la cosa así, pueda sentirse avergonzada de su actitud en el futuro.

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