1. La muerte súbita no se previene solo con pruebas de esfuerzo. También son necesarios ecocardiográmas.

2. Practicar deporte durante muchos años sin síntomas no es motivo para descartar el problema.

3. La incidencia de la muerte súbita es mucho más baja de lo que parece.

4. Es una patología que existe y existirá siempre, pese a la prevención.

5. Los médicos destacan que los beneficios del deporte son mayores que los riesgos de muerte súbita.

6. Las personas con vida sedentaria también sufren muerte súbita.