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UNIÓN DE TODOS LOS COLEGIOS DEL CAMP D'ELX

Aulas rurales a la vanguardia

La innovación es una seña distintiva en los colegios del Camp d'Elx

Iniciativa musical en el colegio Rodolfo Tomás Samper de El Altet. INFORMACIÓN

Los colegios del Camp d'Elx colegios del Camp d'Elxllevan años manteniendo relaciones estrechas e inmejorables, no solo en cuanto a su implicación con la sociedad de la partida rural en la que se asientan, sino también entre los propios centros educativos.

Pero ahora han decidido dar un paso más allá en esos lazos que les vienen uniendo desde hace lustros. En concreto, han pisado el acelerador en un proyecto para que los once centros públicos de Infantil y Primaria sean prácticamente como uno solo. Es decir, tengan una estrategia común, compartan recursos, ahorren esfuerzos y organicen iniciativas de la que se puedan beneficiar todos, todo ello poniendo siempre al alumno en el centro del sistema.

«Para el curso académico 2018-2019 queremos ser reconocidos por la sociedad como una comarca de colegios innovadores, tanto en la utilización de las tecnologías de la información y la comunicación para la gestión de los centros, como en la innovación aplicada a la mejora continua de los procesos de enseñanza y aprendizaje», señalan desde uno de los centros.

Los retos no son fáciles. Ni inmediatos. Ni las fórmulas para llegar a las metas son nuevas ni imposibles. Tan solo hay que poner corazón y cabeza, quererlo de verdad en cada uno de los centros implicados e ir paso a paso.

Y en eso están las comunidades educativas de los colegios Els Garrofers (Algoda-Matola), La Galia (Altabix), Rodolfo Tomás Samper (El Altet), San Antonio (La Hoya), La Marina, Mestre Canaletes (Perleta) La Baia, Valverde, Antonio Machado y La Paz (Torrellano) y Número 49 (Pusol).

En concreto, se están centrado en esos cuatro aspectos antes mencionados: Innovación educativa, nuevas tecnologías para la gestión del centro, relaciones excelentes y cultura de excelencia en gestión.

Y todo esto se concreta en llevar adelante iniciativas de las que pueden participar todos los centros rurales, y que tienen que ver con la música, la educación física, la innovación en las aulas, la formación del docente, la promoción de la lengua y la lectura y fomento de actividades extraescolares.

«Esto es como si fuera la unificación de once claustros, de once consejos escolares, de once asociaciones de madres y padres», señalan desde el colegio de La Hoya. Es decir, existe un proyecto común que tiene los recursos de once centros educativos públicos que pueden funcionar como si fuera uno solo, sobre todo a nivel organizativo y de intercambio de las mejores experiencias.

Conciertos didácticos, jornadas de convivencia deportiva, salidas y excursiones, cursos y talleres específicos para profesores del Camp d'Elx según sus peticiones, intercambio de libros y apertura de las bibliotecas a las comunidades donde se asientan o realizar proyectos relacionados con el cine de forma conjunta son algunos de los avances conseguidos hasta ahora solo con trabajar codo con codo.

«Tenemos un proyecto educativo en común y planteamos cuestiones al unísono», indica otro de los promotores de esta iniciativa que prefiere no acaparar ningún protagonismo aunque es uno de los alma mater del proyecto.

Además, los centros del Camp d'Elx están poniendo en valor la singularidad de asistir a clase en otro ambiente distinto al de la ciudad. Tradicionalmente, en estas aulas, en sus patios y pasillos suelen registrarse menos casos de absentismo, de conflictividad, de problemas con el móvil, de acoso escolar. Vivir en un entorno donde el medio ambiente, los espacios abiertos, la recuperación de jugar en la calle y las plazas por parte de los niños... todo eso contribuye a que los colegios rurales sean entornos más en contacto con la naturaleza y menos con el frenesí de la vida acelerada que llevamos en la actualidad.

Y eso, la singularidad, es lo que también quieren promocionar. Bien para atraer nuevos alumnos, bien para lanzar un mensaje de que otra educación pública es posible. No quieren decir con ello los colegios del campo ilicitano que lo suyo es lo mejor, superior que lo que se ofrece en el casco urbano, sino que existen otras opciones dentro de la educación pública que se ofrece en Elche

Y para ello, los colegios del Camp d'Elx quieren apoyarse en «esa excelente relación entre los profesores y equipos directivos de los distintos centros y en la aceptación y aplicación de los principios fundamentales de la excelencia del modelo EFQM», apuntan los dinamizadores de esta iniciativa conjunta.

«No somos departamentos estancos. Es como si fuéramos un único colegio, una única comunidad escolar y las cosas las vemos bajo otro tipo de perspectiva», añade una de las cabezas pensantes de este proyecto común, en la que cada colegio se reparte áreas concretas para coordinar actividades, proyectos o iniciativas en los que implicar a absolutamente todos los demás.

Por ejemplo, si se apuesta por llevar a los alumnos a actividades musicales fuera de los colegios, uno de ellos se encarga de organizar a todos los demás. Lo mismo ocurre con propuestas medioambientales, de educación física o, por ejemplo, al ir a pedir subvenciones ante la Administración. No es lo mismo que un par de docentes de un colegio solicite una ayuda o formación para un determinada cuestión, que a los responsables políticos se les presente un proyecto a financiar respaldado por nada menos que once colegios bien coordinados, gestionados y conectados.

«Nuestra autonomía se mantiene y cada uno de nosotros tenemos nuestras circunstancias específicas. Es decir, cada uno mantenemos aquello que nos caracteriza, pero a la hora de hacer trámites tenemos más fuerza si los hacemos conjuntamente», indica un director de uno de los centros implicados.

Así las cosas, han acordado trabajar de forma diferente para garantizar que no pierden el objetivo prioritario para el que sirven las escuelas: construir una mejor sociedad. En ese camino, los centros del Camp d'Elx quieren consolidar su imagen de colegios innovadores, pero sobre todo están empeñados en que sus alumnos no solo alcancen un buen nivel académico, sino que también se doten de los valores que les lleven a ser buenos ciudadanos.

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