En los talleres que realizan en institutos los psicólogos de la Fundación Daniela siempre se repite el mismo instante de silencio. Se produce unos segundos después de que Leo Mulio, tras una exposición sobre las ideas erróneas que existen actualmente en torno a la transexualidad, anuncia que va a compartir su experiencia personal porque él, como otros tantos millones de personas, es un chico «trans». Y es que ningún estudiante se espera que en el DNI de este joven con coleta y barba, hace unos años, figurara el nombre de María y que hasta poder sentirse a gusto consigo mismo atravesó un conflicto de aceptación que resolvió en la Universidad. «Antes me costaba hablar en voz alta sobre mi identidad y ahora doy conferencias sobre ello para ayudar a otras personas, ya que poco a poco te das cuenta de que no eres tan raro y hay más gente como tú», les explicaba ayer a un grupo de alumnos de Secundaria del IES Severo Ochoa de Elche, en una actividad que realizó junto a su compañera Ana Prieto, dentro de las actividades del Festival Diversa.

Tanto él como Prieto aseguran que la sorpresa de los chavales tiene que ver con que mucha gente sigue asociando transexual «con un travesti o una drag queen. Es una concepción reduccionista. Esto es algo más relacionado con la identidad de género de cada uno. Desde la Fundación Daniela ofrecemos asesoramiento, por ejemplo, a padres cuyos hijos ya se definen como mujeres a pesar de haber nacido con testículos. O a sanitarios, para que sepan cómo tratar a personas con esta característica ya que, desgraciadamente, todavía estamos luchando para que dejen de considerarla una enfermedad y para no tener que pasar por un examen psiquiátrico de cara a modificar el sexo en el DNI», reseñan.

Ayer le dieron a elegir a los alumnos entre dos grupos de debate, uno para los que les pareciera normal nacer con vulva y ser hombre o con pene y ser mujer, y otro para los que lo consideraran anormal. En el bando que defendía la anormalidad un estudiante señalaba que, «cuando estás en la barriga de tu madre, el médico ve tus genitales y en base a eso dice si vas a ser niño o niña. Otra cosa es que después quieras cambiarte». Una concepción que ambos psicólogos quisieron desmontar. «Tu identidad sexual no tiene por qué estar determinada por tus geniales. Tiene que ver con que tú te sientas hombre o mujer. De hecho, hay muchos trans que ni se operan y ni siquiera piensan que nacieron con el cuerpo equivocado. Simplemente se sienten de un género, con independencia de lo que tengan ahí abajo», les matizaba Mulio.

Ana Prieto considera que las nuevas generaciones tienen un nivel más alto de aceptación hacia el mundo LGTB. «El problema es que muchas veces se muestran tolerantes porque es lo que toca, pero luego en la calle siguen llamando maricón a un gay», reseña. Lo que también le duele son declaraciones como la del cardenal valenciano, Antonio Cañizares, que hablaba hace dos días del «imperio gay». «Son cosas que retrotraen los avances sociales por los que estamos trabajando», subraya.