El Misteri d'Elx ha tenido la suficiente carga de misticismo, solemnidad y, sobre todo, importancia a nivel cultural, como para cautivar a muchos realizadores patrios y que lo utilicen en sus películaspelículas. Los ejemplos se remontan a los primeros titubeos importantes de nuestro país con el séptimo arte. El Cineclub Luis Buñuel de Elche, con la colaboración de la Cátedra del Misteri y el Ayuntamiento, propone un recorrido audiovisual, en forma de ciclo, por tres buenos ejemplos coincidiendo con la celebración del 15 aniversario de la declaración de La Festa como Patrimonio de la Humanidad.
La primera película que recuperan es «Los Jueves, Milagro» (1957), del realizador valenciano Luis García Berlanga. En este caso, el cineasta aprovecha un fragmento de la representación, retransmitido por el «NO-DO», que el protagonista, Pepe Isbert, ve en un pequeño cine de pueblo junto a su mujer. Tras la proyección se le aparece un santo en mitad de la sala. «Que tuviera tanto peso la religión en esta cinta fue, en cierta medida, algo impuesto, ya que en un principio el guión versaba sobre un pueblo en el querían implantar un festival de cine como el de Cannes para promocionar un casino», explica José Francisco Cámara, vicepresidente del Cineclub.
Finalmente, se supone que por la censura, Berlanga tuvo que reescribir la historia y contar las desventuras de un falso santo que quiere reactivar el negocio local: un balneario. Don José, interpretado por Isbert, es ese timador que, en el momento que ve el Misteri, es como que se confronta con todo ese mundo religioso. El cineasta valenciano, a través de la parodia, propone una reflexión crítica contra todo ese mundo místico. Aunque lo suficientemente disfrazada como para pasar los controles franquistas.
Otra de las películas seleccionadas para este ciclo es «Peppermint Frappé» (1967), de Carlos Saura, señera del cine de la modernidad en España. Saura, en este caso, se sirve de la Festa d'Elx, pero desde un punto de vista sonoro. Utiliza una grabación de Óscar Esplá para el sello Hispavox en 1961, enmarcada en una colección de música antigua. «Este filme establece una especie de diálogo entre dos sociedades en España: una más conservadora y otra más moderna que mira hacia el resto de países europeos», argumenta Cámara, a la vez que detalla que su protagonista, encarnado por José Luis López Vázquez, en un momento de largometraje saca el disco de Óscar Esplá y lo pone en el tocadiscos, con lo que se refuerza su carácter tradicionalista. «No es la única vez que Saura juega con la música del Misteri. Años después, la usó en "Ana y los lobos". El que se haya decantado varias veces por el sonido de la representación es algo que me gustaría preguntarle algún día», bromea este representante del Luis Buñuel.
La tercera y última cinta que proponen es «Impresiones de la Alta Mongolia» (1976), una composición audiovisual con la firma anárquica de Salvador Dalí y José Montes-Baquer. El pintor catalán, dos años antes, había visto por primera vez el drama sacrolírico y le causó tanto impacto que la cúpula geodésica del Museo de Figueres la realizó inspirada en el cielo del Misteri, tal y como reconoce en esta producción. También aprovecha su música para acompañar una secuencia en la que, con un cuadro de Vermeer, muestra cómo se llegan a los mapas de la alta Mongolia. Una relación algo surrealista aunque, ya se sabe, en el cine... todo es posible.
