La grúa municipal está suponiendo un quebradero de cabeza para el equipo de gobierno, ya que cada vez es más deficitaria, es decir, el servicio que se presta está lejos no ya ser rentable, sino ni tan siquiera de cubrir los gastos.
Solo en el primer trimestre de este año el Ayuntamiento ya ha tenido que aprobar una liquidación provisional en favor de Pimesa -la empresa pública que tiene la encomienda de gestión del servicio de retirada y depósito de vehículosservicio de retirada y depósito de vehículos- por importe de 154.056 euros.
Hasta aquí más o menos es lo previsto por ahora, acostumbrados a años y años de déficit. Precisamente, esta es la tendencia que el tripartito quiere romper, aunque todavía no ha encontrado la fórmula adecuada para ello.
Para empezar, los informes económicos preveían que para el pasado ejercicio 2015 la recaudación de tasas por la retirada de vehículos iba a ser de 801.039 euros. Una vez cumplido este ejercicio y cerradas las cuentas, el importe de la recaudación apenas ha sido la mitad: 416.896, según fuentes municipales. La razón de esta diferencia puede estar en buena parte en que el porcentaje de arrastres de cobro se mantiene en el 60% del total. Para este 2016 la recaudación de tasas que se proyecta es por un importe de 706.142 euros.
Por otro lado, la previsión es que en este año 2016 el coste del servicio de la grúa ascienda a 1.004.316 euros, un 1,2% más que en 2015, cuando costó 992.228 euros. En 2014, el coste significó un desembolso de 985.294 euros. Es decir, cada año se sube un peldaño más en este sentido.
Otra forma de ver la tendencia de gasto que la grúa supone para el Ayuntamiento es a través de las denominadas subvenciones a la explotación. Estas son las recibidas por la Administración pública, empresas o particulares al objeto, por lo general, de asegurar una rentabilidad mínima o compensar el déficit de explotación del ejercicio o de ejercicios previos.
La grúa supone bajo este concepto este año 975.841 euros, un 3,2% más que en 2015 (945.308 euros) en subvenciones a la explotación. Pero es que en 2014 esta cifra fue de 882.890 euros, por lo que, de cumplirse los cálculos, la grúa podría suponer un 10% más que hace tres años para las arcas.
Liquidaciones
Para 2015, Pimesa preveía una liquidación a su favor de 158.743 euros, una vez deducido el coste neto del servicio. Para este 2016 ya se ha señalado que será de 269.698 euros.
A todo esto cabe añadir que la grúa municipal acumula seis años consecutivos de descenso en el número de arrastres. En 2010 se practicaron 20.264. En la anualidad 2011 se bajó a 18.334. Al siguiente año los registros apuntan a 15.181, En 2013, fueron 14.011.
En el año 2014 (en marzo se procedió a contratar a 14 operadores de grúa previstos en la encomienda, para sustituir a 21 funcionarios que fueron destinados a otros cometidos) se arrastraron 10.865 vehículos, mientras que Pimesa había calculado para ese año prácticamente doblar esa cifra hasta llegar a los 20.490 arrastres. Para el actual año 2016, la previsión es de 9.834 arrastres.
Todos estos datos vienen reflejados en las cuentas anuales, informes de gestión y programas de actuación, inversión y financiación de Pimesa.
Mientras, en los presupuestos municipales para la presente anualidad, se recoge que el equipo de gobierno tiene previsto recaudar por la tasa por la grúa un 34% menos que en 2015. Tanto el pasado año, como en 2014 (presupuestos prorrogados), se consignaron más de un millón de euros. Para el presente ejercicio se estima percibir 706.142 euros, cifra que coincide con los cálculos de Pimesa, como no podía ser de otro modo.
Durante el anterior mandato, el PP ya mostró su preocupación por el lastre que supone la grúa, inquietud que se ha trasladado al actual Gobierno, el cual está dándole vueltas al modo de invertir la situación antes de las próximas elecciones, ya que sabe que no pueden dejar el problema aparcado mucho tiempo más.
