El alcalde de Elche, Carlos González, aseguraba a últimas horas de ayer no tener constancia aún de la demanda. Ahora bien, tampoco mostró sorpresa. «Era de esperar. Era el siguiente paso», admitió con toda la naturalidad del mundo. La misma naturalidad con la que siguió defendiendo el proceso: «Es un gravísimo error de la Subdelegación. El proceso de elección de pedáneos por parte de los vecinos ha sido impecable, y se ha favorecido la participación de los ciudadanos», sentenció. A partir de ahí, levantó el hacha política. «Una de las funciones de la Subdelegación es el control de la legalidad de los actos municipales, y la realidad de esta provincia da mucho de sí», subrayó. «Son estrictos a la carta, omitiendo otras actuaciones de dudosa legalidad en otros municipios por razones partidistas», señaló, para, acto seguido, añadir que «la Subdelegación debería poner el mismo celo en la observancia del reparto de subvenciones por parte de la Diputación». m. p.