Al Museo de Arte Contemporáneo de Elche (MACE) le están saliendo «arrugas». Arquitectónicas, claro. Y no solo tienen que ver con que hayan pasado 36 años desde su inauguración. O que se encuentre dentro de en una construcción barroca de mediados del siglo XVII. Las grietas y humedades que conviven junto a las valiosas obras que contiene este espacio expositivo se deben, según fuentes cercanas al mismo, a la última gran remodelación que se realizó en torno al año 2004, en la que se tapiaron balcones y ventanas. «La restauración precisaba, con el tiempo, de un mantenimiento específico que no se ha llegado a hacer y de ahí que hayan aparecido esas grietas», añadieron dichas fuentes, además de señalar que técnicos de este museo le entregaron un informe al actual equipo de gobierno con dichas deficiencias. La solución que proponían en ese documento pasa por crear una doble pared que, aunque supone una pequeña pérdida de espacio, tape todas estas fisuras que «no entrañan ningún tipo de peligro ni para el edificio ni para las obras», subrayó el propio coordinador de Museos, Paco Escudero.

Las fuentes vinculadas al MACE indicaron que el tripartito ha mostrado voluntad política por solventar esta problemática, ya que, según añadieron, durante la etapa del Partido Popular no encontraron demasiada disposición.

En relación con esta situación, el actual coordinador de Museos, Paco Escudero, aseguró conocerla y añadió que actualmente está elaborando un informe pormenorizado de las necesidades de todos los centros expositivos de Elche. «A partir de ahí estudiaremos cuáles son los que precisan de una intervención más urgente y decidiremos en los que invertiremos este año o en los que lo haremos el que viene, con el nuevo presupuesto», apostilló.

Sin embargo, el pasado mes de agosto, el Ayuntamiento finalizó un informe en el que se enumeraban las diferentes deficiencias tanto del Museo de Arte Contemporáneo como del resto de espacios expositivos. Del MACE señalaban que, además de las grietas, en la azotea, el equipo electrógeno hacía «muchísimo ruido», que la «mala instalación del riel electrificado hace imposible iluminar algunas obras», que el sistema de climatización «no está bien instalado», lo que afectaba a la conservación de los cuadros; y que algunos deshumificadores se habían estropeado. Desde el área de Cultura indicaron que algunas de estas deficiencias ya se han reparado. Lo que más sigue preocupando y afeando son las grietas.