A carcajada limpia saludaban los dos hermanos de Osman a los voluntarios de Bomberos en Acción y cooperantes independientes que fueron a recibirlos, ayer por la tarde, al aeropuerto de Madrid-Barajas, según fuentes de la ONG citada. Unas risas de felicidad intercaladas con las lágrimas emocionadas de su padre, que por fin veía un final de película a un duro viaje que emprendió con los suyos hace más de un mes desde Afganistán, que tuvo como primera parada el campo de refugiados de Idomeni y que acaba en la Comunidad Valenciana. Primero en la capital, donde serán atendidos en el Hospital de La Fe, y si todo va según lo previsto, culminará en Elche, donde se pretende que residan durante su asilo.

Osman, el pequeño afgano de 7 años que padece parálisis cerebral y que ha conmovido con su historia a la sociedad española, aterrizaba en el aeropuerto Adolfo Suárez a las 19.35 horas y rompía la situación inmovilista de nuestro país con respecto a la llegada de refugiados de la Guerra Civil en Siria. Venía desde Atenas acompañado de sus familiares (su padre Ata, su madre Palwasha y sus dos hermanos Yamil y Monir) y de cooperantes de Bomberos en Acción, ONG que, junto a dos voluntarios ilicitanos, han sido los encargados de promover una campaña de firmas para que el Ministerio de Asuntos Exteriores diera luz verde a esta acogida.

El pequeño no pudo formar parte de la fiesta bienvenida porque llegó algo cansado del vuelo y tenía unas décimas de fiebre, según explicó Ernesto Almagro, colaborador de Bomberos en Acción, que fue a recibir a los refugiados a Barajas. Este bombero madrileño, que ya conocía a esta familia de Idomeni, destacó «lo entrañables» que son y la fuerza que tienen, «que no sé de dónde la sacan; a pesar de todo lo que se les pone por delante, siempre encuentran una alternativa».

Dos horas después de aterrizar partieron hacia Valencia, donde, al cierre de esta edición, estaba previsto que llegaran de madrugada a La Fe, hospital en el que se pretende revisar el estado de salud de todos ellos. Especialmente, el de Osman. Mientras los médicos estimen conveniente que siga siendo tratado en este hospital, vivirán en el Centro de Ayuda al Refugiado (CAR) de Mislata.

El pequeño tuvo problemas de nutrición durante su huida de las zonas en conflicto y, de hecho, en el campo de Idomeni tuvo una dieta específica ante su alarmante bajada de peso porque le costaba tragar. Éste será uno de los puntos más urgentes en la atención médica -nutrición e hidratación correctas- pero no el más importante. Los responsables del servicio de Neuropediatría tienen previsto hacer una valoración de su parálisis cerebral para saber su causa y el grado de afección en el pequeño -si solo hay daños motores o también cognitivos- y para ello es más que previsible que se le hagan varias pruebas como un encefalograma, un TAC y una resonancia cerebral.

La atención sanitaria de Osman estará coordinada por la Unidad del Niño Internacional del Hospital La Fe, especializada en la atención de niños adoptados, en acogida o inmigrantes. Está previsto que la pediatra responsable de esta unidad, Gemma Ochando, comparezca esta mañana junto a la consellera Carmen Montón.

Por su parte, el alcalde de Elche, Carlos González, en un acto que compartió ayer junto al director general de Cooperación, Federico Buyolo, volvió a incidir en que la ciudad se ha ofrecido desde el minuto 1 para acoger a Osman y a su familia y que esa es la pretensión tanto de este Consistorio como de la Generalitat una vez reciban el alta en La Fe. Asimismo, los cooperantes ilicitanos mostraron de nuevo su satisfacción y reseñaron «que subiremos a verles dentro de un par de semanas, cuando ya estén asentados en Valencia».